Científicos españoles hallan en el espacio intergaláctico una molécula clave para la vida

Un equipo internacional liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC- INTA) ha detectado por vez primera etanolamina, básica para establecer membranas celulares

Imagen infrarroja de Herschel de un complejo de nubes moleculares, nubes interestelares en las que se forman moléculas ESA / Herschel / NASA / JPL-Caltech; R. Hurt (JPL-Caltech

ABC Ciencia

Uno de los fenómenos cruciales en el origen y evolución de la vida es el desarrollo de membranas celulares . Estos recubrimientos ayudan a mantener unas condiciones estables en el interior de las células, protegiendo tanto el material genético como la maquinaria metabólica. Es decir, permiten que se cree un entorno estable para que la célula pueda hacer su función. Ahora se sabe que las membranas de todas las células están hechas de fosfolípidos , pero existe un encarnizado debate acerca de cómo fueron las primeras membranas -e incluso del origen de los fosfolípidos en sí mismo-.

Ahora, un equipo científico internacional de astrofísicos, astroquímicos y bioquímicos liderado por Víctor M. Rivilla , investigador del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), acaba de hacer un increíble descubrimiento astrobiológico: la primera detección en el espacio de la etanolamina (NH2CH2CH2OH), una molécula que contiene cuatro de los seis elementos químicos fundamentales para la vida, puede actuar como precursora del aminoácido glicina, y además forma parte de los fosfolípidos más simples (y los segundos más abundantes) que constituyen las membranas celulares. El hallazgo se acaba de publicar en la revista ' Proceedings of the National Academy of Sciences USA' (PNAS ).

El descubrimiento de esta molécula prebiótica se ha producido concretamente en la nube molecular G+0.693-0.027 , situada cerca del centro galáctico. Se ha podido encontrar utilizando el radiotelescopio IRAM de 30 metros de diámetro de Pico Veleta (Granada) y el de 40 metros del Observatorio de Yebes (Guadalajara).

«Estos resultados sugieren que la etanolamina se sintetiza eficientemente en el espacio interestelar en nubes moleculares donde se forman nuevas estrellas y sistemas planetarios», afirma Rivilla. Los investigadores han hallado que la abundancia en el medio interestelar de la etanolamina en relación con la del agua indica que la etanolamina se formó probablemente en el espacio y pudo más tarde ser transferida a los gránulos que forman los asteroides, de los cuales provienen los meteoritos.

«Sabemos que un amplio repertorio de moléculas prebióticas podría haber llegado a la Tierra primitiva a través del bombardeo de cometas y meteoritos », señala Izaskun Jiménez-Serra , investigadora del CAB y coautora del estudio. «Estimamos que alrededor de mil billones de litros de etanolamina podrían haber sido transferidos a la Tierra primitiva a través de impactos meteoríticos . Esto equivale al volumen total del lago Victoria , el más grande de África por área», añade Jiménez-Serra.

Los experimentos que simulan las condiciones químicas en la Tierra primitiva confirman que la etanolamina podría haber colaborado en la producción de los fosfolípidos más simples en esas épocas tempranas de nuestro planeta. Para Carlos Briones , investigador del CAB en bioquímica y biología molecular, y coautor del estudio, «la disponibilidad de etanolamina en la Tierra primitiva, junto con glicerol, grupos fosfato y ácidos o alcoholes grasos, pudo haber contribuido a la evolución de las membranas celulares primitivas. Esto tiene importantes implicaciones no sólo para el estudio del origen de la vida en la Tierra , sino también en otros planetas y satélites habitables dentro del Sistema Solar o en cualquier parte del Universo».

La búsqueda en el medio interestelar de moléculas precursoras de la química prebiótica continuará en los próximos años. «Gracias a la mejora de la sensibilidad de los radiotelescopios actuales y los de próxima generación, seremos capaces de detectar en el espacio moléculas cada vez más complejas y que pudieron dar lugar a los tres componentes moleculares básicos de la vida: los lípidos (que forman las membranas), los ácidos nucleicos ARN y ADN (que contienen y transmiten la información genética), y las proteínas (que se encargan de la actividad metabólica)», señala Rivilla. «Comprender cómo se forman estas semillas prebióticas en el espacio podría ser clave para entender el origen de la vida», concluye.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación