A. De Antonio/E. San Bernardo

La exuberancia medida de Hannibal

El diseñador caraqueño se inspira en la Milla de Oro madrileña para sus propuestas de auténtica fiesta. Un aire un poco sesentero se percibía en sus propuestas

MADRID Actualizado: Guardar
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El caraqueño, aunque ya medio madrileño, pues es en la Milla de Oro donde lleva instalado más de veinte años, ha puesto la mirada en su entorno, en el barrio comercial más exclusivo de la capital. Palacetes, fachadas el siglo XIX, con sus miradores de hierro y cristaleras, le han inspirado para volver a vestir a sus mujeres, mujeres únicas. Pues, como el mismo reconoce, admira la belleza por encima de tendencias y moda: «Quiero que las mujeres se sientan únicas en momentos especiales».

En «Goodmile», nombre de su colección, Hannibal Laguna ha dejado que los ornamentos se conviertan en protagonistas, especialmente los bordados, inspirados en rejerías de forja, o envejecidos para conseguir efectos vintage. Esa mezcla de clásico y moderno que se respira en las emblemáticas calles que forman la Milla de Oro, está reflejada en la combinación de tejidos: sedas brocadas, firmes y corpulentas, y dúctiles realizadas con finísimos hilos metálicos.

Y la paleta de colores que ha propuesto, la más típicamente otoñal: el negro, el gris piedra, ocres, rojos intensos y rosas.

Los cortes de los vestidos, mucho más vaporosos, los ha subido hasta convertirlos en minifaldas; las faldas capa midis también las puesto en escena como en múltiples ocasiones y los pantalones combinados con chaquetas de amplias solapas son los principales elementos de su propuesta para otoño-invierno.

Los zapatos y bolsos son otro toque de elegancia de Hannibal, con sello «made in Spain», del propio creador, donde destacan los stilettos en terciopelo y oro trenzado, las sandalias en oro y bronce, las sandalias-botín. Y los bolsos, napas lisas, otros con pieles laminadas y con los herrajes en oro, emulando la herradura española, símbolo y talismán del diseñador.

La música que el caraqueño ha elegido en esta ocasión ha sido más de película americana, como «Cocoom» , siendo de agradecer que no se decantara, como en la edición anterior, por «Pepe Habichuela», que le daba al glamour de sus propuestas una nota un tanto trasnochada.

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