El Pleno aprueba los cambios del PGOU, pero sin consenso

Un documento adalid de la transparencia hasta el punto de que nunca se haya «tramitado uno en este Ayuntamiento que ha tenido tanta información y participación ciudadana». O un Plan General de Ordenación Urbana «tramitado de forma oscura y sin participación y con una falta total de ilusión por parte de un Gobierno municipal institucionalizado y que ni siquiera ha sido capaz de explicar el documento a oposición y sociedad en general». El debate en torno al eterno PGOU de Chiclana estaba servido. Pero la evidencia fue clara, el Pleno aprobó con la mayoría suficiente uno de los trámites esenciales para sacar adelante los cambios obligados en el documento, después de varios informes contrarios.

Los concejales se reunieron ayer en una sesión extraordinaria con un único punto del día, aprobar o no las modificaciones.

Algo, que finalmente fue posible gracias a los votos favorables del equipo de gobierno, PP y PVRE y con la abstención de PSOE e IU a quienes la delegada de Urbanismo, Marisol Ayala, no consiguió convencer en su discurso.

Y eso que en su alocución hizo un repaso general de todo el devenir de Chiclana, desde los planes que fueron tumbados durante el mandato socialista, hasta los beneficios del documento del que ayer se aprobaron los cambios y que ahora se enfrenta a un nuevo periodo de exposición pública por el plazo mínimo que determina la Ley, un mes. Todo ello cuando «la aprobación provisional del PGOU no necesita exposición pública, pero ya que se han introducido modificaciones, aunque no consideradas de carácter sustancial, el compromiso es poner en marcha un nuevo proceso de información publica y un nuevo periodo de alegaciones, que permita a los chiclaneros conocer los cambios efectuados en el  documento».

Así lo detalló la concejal de Urbanismo Marisol Ayala que, aprovechó la intervención para recordar cifras como las 10.000 visitas en la anterior exposición, el reparto de 150 copias del documento o la atención de más de 64 reuniones para atender dudas. 

En cuanto al propio PGOU, Ayala recordó que de las 3.000 alegaciones presentadas, se han atendido un tercio, «fundamentalmente se ha alegado sobre inundabilidad y reconocimiento parcelario en suelo urbano no consolidado». Además, puntualizó que las modificaciones pedidas por la Junta y el Gobierno central «no eran sustanciales», por ello «no deberían suponer un atraso en la aprobación definitiva».

Habló de los cambios más significativos como las vías pecuarias o la nueva delimitación de zonas inundables, menos amplia y que ahora contempla «el río Iro, arroyo Carrajolilla, Ahogarratones y Cercado, tal y como figura en el Estudio de Inundabilidad de la Janda». Igualmente, avanzó que el Plan contempla que «se tomarán medidas que posibiliten y reduzcan al máximo los daños producidos a las zonas que la administración autonómica ha calificado como inundables». Igualmente recalcó la creación de 18.000 VPO, la inversión «de mil millones de euros o la creación de 17.000 puestos de trabajo», como bondades económicas del Plan. 

Y a eso se sumó un avance más de la gran incógnita, los costes de regularización de los que Ayala adelantó que «se reducirán mínimo un 40% respecto al anterior plan». Algo que  no consiguió convencer a los socialistas. Así, su portavoz José María Román cargó duramente tras el Pleno contra el documento e incluso habló de «fraude electoral, puesto que los datos proporcionados en su día por la empresa redactora y las cifras globales que se manejan no tienen nada que ver con las promesas electorales de los grupos políticos que conforman el Gobierno municipal y que hablaban de regularizar las viviendas del extrarradio por 8.900 euros».

Tampoco quedaron conformes con el debate en la sesión ya que, como manifestó Román posteriormente «un asunto tan importante para la ciudad como el PGOU ni siquiera ha tenido un debate real, debido a la nula explicación del alcalde y su delegada de Urbanismo y a la actitud autoritaria del señor Marín, que ha llegado incluso a cortar la palabra al portavoz socialista».

Una versión bien distinta a la defendida por el propio alcalde Ernesto Marín que dejó clara su postura al considerar que están trabajando para «cerrar las heridas dejadas por anteriores gobiernos socialistas». «El PGOU trae un plan de trabajo que es bueno y, siendo modesto, posible para la ciudad. Estamos muy razonablemente contentos por este Plan General», sentenció.