La España enladrillada

Salió de España por la puerta de atrás en 2007, el año en el que pinchó la burbuja. Enrique Bañuelos, artífice de Astroc, fue uno de los rostros más repersentativos del «boom inmobiliario»: audaz, rápido en las decisiones... multimillonario. El vendaval de la crisis se llevó por delante Astroc, pero Bañuelos, instalado en Brasil, se resarció. Cinco años después, era recibido con alfombra roja en el Palau de la Generalitat. Como tarjeta de presentación, la promesa de invertir 4.775 millones en lo que luego se conocería como BCN World, el proyecto de ocio y casinos con el que el Ejecutivo de Artur Mas replicó de desquitó por el chasco de Eurovegas. Del «boom» del ladrillo al del ocio y el turismo: como el propio Bañuelos, España encerrada en un bucle.

Es con la peripecia de Bañuelos con la que el periodista Lluís Pellicer abre «El vicio del ladrillo. La cultura de un modelo productivo» (Catarata), un documentadísimo repaso a esa locura que durante una década (1997-2007) se apoderó del país: los años del «España va bien» (J. M. Aznar) y la «España de la Champions League» (J. L. R. Zapatero).

Las pequeñas constructoras locales que acabaron estrellándose con proyectos por todo el mundo, los oscuros personajes de «jet privado» que las pilotaban, la connivencia con una administración tan ciega como ávida de ingresos, el urbanismo depredador, el espejismo colectivo que anunciaba una escalada de precios sin fin... la fiesta bárbara de un país de nuevos ricos.

En un libro de economía que casi puede leerse como un tratado de sociología, Pellicer destripa con conocimiento y datos una sociedad que se dejó atrapar por el «vicio del ladrillo», un atracón especulativo que justo ahora comenzamos a digerir.

«¿Cómo fue posible aquello?», se pregunta el sociólogo Manuel Delgado en el prólogo del libro. Lluís Pellicer da las claves de ese fracaso colectivo en un repaso descarnado a un país que puede recorrerse ahora siguiendo el rastro de sus urbanizaciones inacabadas y promociones sin vender... un país de pisos vacíos y familias sin hogar.