el oasis catalán

Valores

Me permitirán que reivindique los valores propios de la Semana Santa y la Cuaresma: reflexión, respeto, renuncia y moderación

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Semana Santa pierde su sentido original convirtiéndose en tiempo de viaje, descanso, diversión u holganza. No me quejo. Quien esto escribe participa –en mayor o menor medida- en la práctica post de estos días. Dicho lo cual me permitirán que reivindique los valores propios de la Semana Santa y la Cuaresma. Se trata de reivindicar unos valores per se, es decir, por sí mismos con independencia del contexto religioso en el que aparecen durante esta semana y sus preliminares. Se trata, si ustedes quieren, de recuperar o rehabilitar unos valores que admiten también una lectura laica. Veamos. ¿De qué valores estoy hablando? En síntesis: reflexión, respeto, renuncia, moderación. ¿Por qué estos valores son –hoy- valores? ¿Por qué son valiosos y buenos? Porque, incorporan propiedades que satisfacen necesidades humanas y proporcionan o pueden proporcionar placer y bienestar al ser humano.

Y porque señalan el sentido del límite. Ese sentido que no conviene sobrepasar. Ese abandonar el ideal imposible de consecuencias imprevisibles y, generalmente, indeseables. Truman Capote: “se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las desatendidas”.

Alguien dirá que todo “eso” –la reflexión, el respeto, la renuncia, la moderación o el sentido del límite- suena a música celestial y a cosa antigua o pasada de moda. Discrepo. Hablemos de economía. ¿El exceso -antónimo de la moderación- no está en el origen de la crisis? Hablemos de política. ¿El todo es posible –antónimo del sentido del límite- de algunos políticos irredentistas que incumplen la ley no deteriora el Estado de derecho y resquebraja la convivencia? Hablemos de sociedad. ¿El desprecio –antónimo del respeto- no menoscaba la dignidad humana? Así las cosas, ¡vivan los antónimos de algunos valores dominantes! Larry Summers –Secretario del Tesoro durante el segundo mandato de Clinton- afirma que “la historia no se repite, pero lo cierto es que rima”. Algunos valores podrían conseguir que la rima del mundo sonara mejor.

Ver los comentarios