Chiclana

«Lo primero es el pan y el trabajo, luego el circo»

Rafael Romero Pavón Arcipreste de Chiclana

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Lleva años en la parroquia de Santa Ángela como párroco y dos como arcipreste de Chiclana. Desde esos cargos Rafael Romero Pavón se encarga de coordinar la labor que la Iglesia en Chiclana desarrolla con Cáritas.

-¿Cómo es el perfil de las personas necesitadas que atiende en la parroquia?

-Por experiencia, las personas necesitadas, a la primera puerta que llaman es a la iglesia, a la parroquia. Algunas personas vienen a deshora pues les da vergüenza que las vean en la fila de Cáritas. La Administración es lenta y vienen porque sus necesidades son imperiosas, pero nuestros recursos son muy limitados. Necesitamos conocer a las personas, por eso en la acogida las recibimos con agrado y con deseos de ayudarles y de comprenderles, pero le exigimos cierta documentación para conocer su situación laboral y familiar. Eso se hace prácticamente en una semana.

-¿Cómo se hace posible la ayuda en Caritas de Chiclana?

-Cáritas se sostiene porque los voluntarios tienen vocación de servicio. Desinteresadamente ofrecen su tiempo, sus capacidades, con la alegría de poder ayudar. Se sostiene porque la Iglesia ofrece sus dependencias para tales servicios. Se sostiene gracias a las colectas de las misas de los domingos. Se sostienen gracias a donativos, algunas parroquias tienen socios, gracias al Banco de Alimentos. Se sostiene gracias a la templanza y paciencia de voluntarios que sufren, a veces, los improperios que algunos lanzan porque no se les da todo lo que piden.

-En lo personal, como sacerdote, ¿cómo ve esta situación social en la que están muchas familias?

-En primer lugar, de cabreo, y perdone la expresión. Tenemos un país que es como un puzle desordenado, cada uno coge su pieza, no la suelta, no hay nadie que haga que todos suelten las piezas y se pongan a ordenar esta sociedad para que sea más solidaria y más justa. En segundo lugar, estoy en una parroquia, en donde todos los días veo y vivo la tragedia de las familias y siento la impotencia de no poderles ayudar en todo lo que necesitan, pero hay que ser realistas. Son familias, muchas de ellas con problemas, que una parroquia o una Cáritas no puede hacer frente.

En tercer lugar, sé que el Ayuntamiento está haciendo un gran esfuerzo en destinar partidas a muchas instituciones benéficas que hay en Chiclana, pero tenemos que aunarnos todos, reorganizarnos, sin tener en cuenta ideologías o grupos. Y destinar más dinero, porque lo primero es el pan el trabajo, la vivienda y luego el circo.