ESPAÑA

Detenida en Valencia una niñera que asesinó a su propio hijo y lo intentó con otros dos

El juez ordena su ingreso en prisión después de que la homicida, con graves problemas mentales, confesara

VALENCIA. Actualizado: Guardar
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Dolores Rosell parecía «una persona maravillosa». Pero era solo eso, una apariencia, una máscara que camuflaba una crueldad sin límites debida a su grave discapacidad intelectual. «A veces se reía y, a continuación, de golpe, parecía triste sin motivo». No obstante, hasta la pasada semana, le fue bien. Nadie sospechaba de ella. Durante dos décadas sus crímenes y sus intentos de homicidio permanecieron impunes. Asesinó en 2005 a su propio hijo, pero se libró por falta de pruebas. Dos décadas antes intentó hacer lo mismo con otro menor al que cuidaba. Por suerte, no lo consiguió. Su trayectoria delictiva terminó el pasado jueves, días después de que introdujera los dedos en la garganta de su nieto político para asfixiarlo. El bebé, de tres meses, se salvó por dos minutos. «De lo que se ha salvado mi hijo», proclama la madre del bebé en su estado de Whatsapp.

La historia de Dolores se destapó el viernes. Pero los hechos se remontan al día 11. La detenida, de 44 años, llevaba cuatro años de relación con un hombre. La hija de este había discutido con su pareja. «Vente a casa hasta que lo solucionéis», le dijo su padre. Y eso hizo la madre. Cogió los trastos y se mudó con sus dos hijos (una niña de 18 meses y un bebé de tres años). Allí, en el domicilio de Torrent (Valencia), Dolores las acogió con enorme cariño. Todo eran atenciones. Siempre con una sonrisa. Pero hace una semana, el rostro de Dolores se torció. La madre de la víctima había decidido volver con su pareja al barrio valenciano del Cabanyal, donde residen. El drama empezó con esta frase:

-«Yo cambiaré al bebé mientras tú estás con la niña. Me lo llevo a la cama, que lo hago mejor allí». Luego, unos minutos de silencio. No serían más de diez. Y, a continuación, unos gritos desgarradores de la homicida:

-«El niño, el niño...»

-Dolores, ¿qué pasa? ¿Se te ha caído? ¿Qué pasa?

La agresora no respondió. La madre del bebé, al ver el estado en el que se encontraba -totalmente morado- se desmayó. Fue su padre quien tomó las riendas de la situación. Cogió al pequeño en brazos y le dio aire. «Está vivo. Respira», le dijo. Y, de inmediato, se dirigieron al centro de salud de Torrent. El pediatra decidió trasladar al bebé, dado la gravedad de su estado, al Hospital La Fe de Valencia. Sospechó de las lesiones por dos motivos. El primero, el niño presentaba sangre en la boca, lo que resultaba compatible con que alguien le hubiera introducido los dedos. Más determinante si cabe fue la aparición en escena de Dolores, a quien este profesional recordaba de sucesos anteriores.

Intencionalidad

En el puzle comenzaba ya a dibujarse la cara de Dolores Rosell. Su rostro cobró todavía más nitidez cuando las pruebas médicas descartaron que la cianosis pudiera deberse a la toma del último biberón. Todo apuntaba hacia la intencionalidad de la persona que en ese momento cuidaba del pequeño. Es más, también en el hospital el rostro de Dolores despertó algunos recuerdos. Una enfermera se acordaba de las numerosas visitas que Dolores efectuó con su hijo desde 2003. Coincidían, además, los síntomas. Ambos, el bebé de ahora y su hijo presentaban siempre crisis por asfixia.

El propio hijo de la ahora detenida murió en 2005 tras uno de esos repentinos ingresos. Fuentes judiciales apuntaron ayer que su hijo acudió en más de una treintena de ocasiones. El hijo de Dolores terminó falleciendo tras un progresivo deterioro de su estado físico. El pequeño no pudo más. Fueron tantas las crisis que no llegó a cumplir ni siquiera tres años. La justicia, en este caso, no funcionó. La autopsia no concluía que el último ingreso del bebé y que desencadenó su muerte fuera por un hecho intencionado.

Y Dolores volvió a rehacer su vida. Desde hace nueve años no había vuelto a cometer ningún hecho delictivo.... hasta el pasado día 11. Entonces, el Grupo de Menores de la Jefatura se puso manos a la obra. Eran muchos los indicios que pesaban ya sobre la mujer. En la mañana del pasado jueves, justo cuando el menor había abandonado el centro hospitalario, la policía arrestó a la mujer.

Esta vez, Dolores confesó. Admitió que trató de matar al nieto de su pareja sentimental. Confirmó que mató a su propio hijo. Y, por último, todavía sorprendió a los agentes al desvelar otro intento de homicidio hace más de 20 años, cuando ella era incluso menor de edad. Entonces se dedicaba al cuidado de un bebé y trató de asfixiarlo. El homicidio, por suerte, no se consumó. El bebé salvó la vida y tras este suceso, Dolores dejó de cuidarlo.