EL RAYO VERDE

EL PODER DEL SUR

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No debería permitirse hacer campaña electoral en primavera. En estos momentos todo cuela y para mí que los expertos en Psicología aplicada a la manipulación de masas lo saben y nos hacen renovadas promesas de futuro -crecimiento, reforma fiscal, regeneración ética-, aunque sepan que no son más que humo, porque estamos dispuestos a hacerles menos frente, incluso a creérnoslas. Nos pillan con la guardia baja, pendientes de la renovada luz del sol, del primer baño en la playa, de los anocheceres frescos, de las reuniones familiares, de recuperar las constantes vitales tras el amargo invierno. En los pinares está ya cantando el cuco y como todo el mundo sabe (en mi 'petit pays') quien escucha el cuco ese año no se muere. Sí, reíros de mi superstición atávica, pero yo sé bien que es cierto. Nosotros, como nuestros antepasados que comprobaron este fenómeno, salimos a la vida ahora tras haber superado la adversidad del tiempo helado, de la tierra dura y el pan amargo y somos capaces de creer que con los primeros brotes y con los pájaros que vuelven renace la esperanza.

Solo así se explican esas carreteras atestadas en este puente de mayo, ese repunte de la confianza o del consumo. Somos gente fuerte y guardamos una sabiduría de siglos que la modernidad no ha podido borrar. Nuestra identidad hedonista debe considerarse un activo para el desarrollo y, por tanto, un bien a proteger. Sin ir más lejos, esta semana Sevilla se pone de feria, una feria admirada y odiada por igual dentro y fuera de la ciudad, pero que forma parte del calendario festero que toda Andalucía lleva a cabo desde que se inicia el ciclo lunar del fin del invierno y que cumple esa función regeneradora y terapéutica.

Es momento de disfrutar de la vida, que vibra fuerte y salvaje en los pulsos, y reivindicar el Sur como un territorio de civilización que Europa necesita para completarse. No podremos presumir de indicadores, pero a ganas de gozar no nos supera nadie. Es lo que tienen los tópicos, que son verdad. Menos es nada, en fin.