Apuntes

Una corrala a la gaditana

El orden de la lista de quienes demandan una vivienda social es sagrado, por ello el Ayuntamiento de Cádiz está obligado ahora a explicar qué criterio utilizó para adjudicar los pisos de Matadero

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La adjudicación de las viviendas sociales de Matadero está bajo sospecha. La Fiscalía de Cádiz abrió una investigación al respecto tras las denuncias presentadas en su momento por la Junta de Personal de los Servicios Sociales municipales y por el propio PSOE en relación a un presunto trato de favor en la asignación de estos pisos. Lo ocurrido en Sevilla con la Corrala Utopía destapó la caja de los truenos y, al mismo tiempo, activó todas las alertas ante posibles casos de adjudicaciones a dedo. La lista de demandantes de una vivienda social es algo sagrado. Prevalece, por encima de todo, la antigüedad. No se pueden hacer excepciones y saltarse a la torera el orden establecido por una cuestión puramente política. Los gritos y el pataleo no dan derecho a un piso y, mucho menos, a violar la ley. El Ayuntamiento de Cádiz se ha mostrado inflexible en este asunto, sin embargo, el informe de la Fiscalía ha puesto la sombra de la duda en la gestión llevada a cabo en Matadero. El juzgado tendrá que definir ahora si la selección de las familias adjudicatarias de estos pisos se ajustó o no a la norma o, si por el contrario, se hizo en función de intereses políticos. La Fiscalía pide al juzgado que indague, ante «la multitud» de indicios, si se incumplieron los criterios técnicos y se vulneraron los requisitos básicos de igualdad de oportunidad entre los solicitantes. La ciudad de Cádiz es especialmente sensible a este tipo de acciones, ya que tiene miles de personas en lista de espera por un piso social. Ninguno de ellos admitiría un agravio.