El diputado Debski posa en la oficina de empleo de Whitechapel, en el este de Londres. :: AFP
Sociedad

El currela era diputado

Un político polaco se hace pasar por un trabajador inmigrante en Londres para conocer las dificultades que sufren sus compatriotas

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
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La clase política polaca está tan desprestigiada como la española y los ciudadanos no suelen acudir en masa a las urnas. La democracia lleva funcionando en Polonia 25 años, y para muchos, los políticos son una casta de sinvergüenzas que se aprovechan de su condición para medrar a costa de sus conciudadanos y enriquecerse ilegalmente. Sin embargo, hay al menos uno que no es como los demás. Se llama Artur Debski, es parlamentario y pertenece a Twój Ruch (Tu Movimiento), un partido liberal y anticlerical, fundado por el empresario Janusz Palikot y que es la tercera fuerza en el Parlamento, donde tiene un representante homosexual y una diputada transexual.

Debski, un antiguo empresario de 45 años que entró en política en 2011, cambió el pasado 5 de abril su cómodo escaño por un viaje a Londres. Pero no como turista, sino como inmigrante polaco en busca de trabajo. Quería vivir en carne propia lo que experimentan muchos polacos en Londres y otras ciudades británicas. Según algunas estadísticas, son un millón en todo el Reino Unido, por lo que el polaco es la segunda lengua más hablada en el país después del inglés.

«Llegué al aeropuerto de Stansted a bordo de un vuelo de bajo coste por el que pagué 20 libras (unos 25 euros)», explica el diputado. Las dos primeras noches durmió en un colchón en el suelo de la casa de un polaco al que conoció en Facebook. Le pagó 28 libras (unos 34 euros), con desayuno incluido. Se fijó como objetivo vivir con 100 libras (unos 120 euros) a la semana, alojamiento incluido. Pero no pudo aguantar ni una semana. «Viví tres días así, pero no era bueno para mi salud. No podía comer correctamente», se justifica. Acabó gastándose 200 libras en una semana.

Él tuvo suerte, porque tenía ese dinero y, además, habla bien inglés. Pudo abrir una cuenta en un banco y apuntarse a una oficina de empleo, donde le recomendaron que se sentara delante de un ordenador y buscara ofertas de trabajo. Lo logró, pero gracias sólo a un polaco residente en la ciudad. Ese compatriota solidario le ofreció incluso alojamiento gratis. El diputado trabajó seis días seguidos, dos como peón en una obra y cuatro traduciendo documentos del inglés al polaco. Ganó el maravilloso sueldo de. 284 libras (unos 345 euros).

Tras una semana y media de vicisitudes, el parlamentario tuvo suficiente: ya había entendido los motivos que empujan a tantos polacos a emigrar al Reino Unido. «Hay menos restricciones y el sistema favorece la creación de riqueza», reconoce. Durante su periplo londinense conoció a un centenar de polacos, nueve de los cuales se cobijaban en un albergue para mendigos, sin trabajo y alcoholizados.

Debski, que está preparando un informe sobre «lo que funciona en Reino Unido que podría importarse en Polonia», ya ha sido acusado de «populista» por sus rivales políticos, los mismos que jamás arriesgarían ni un día de su cómoda vida por conocer de cerca cómo viven sus compatriotas a 1.625 kilómetros por carretera de Varsovia.