Aplauden a una de las denunciadas a su salida del juzgado. :: C. C.
SAN FERNANDO

García Gallardo no se presenta al juicio tras denunciar a las trabajadoras de Brassica

El director general de la firma puso una demanda contra dos empleadas por escupir en el telefonillo de su casa y causar destrozos en su vehículo

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Más de una treintena de antiguos trabajadores de la empresa Brassica no dudaron en ofrecerles su apoyo en la plaza de San José, donde se ubica la sede judicial de San Fernando. Dos compañeras tenían que declarar ayer ante el juez por un presunto delito de faltas tras ser denunciadas por el director general de la firma, Manuel García Gallardo, por acoso en las manifestaciones que se realizaron por el continuado impago de nóminas.

Exponía que estas empleadas habían sido las responsables de boicotear la cerradura de la empresa para evitar su apertura, de escupir en el telefonillo de su casa, de increparle en presencia de sus hijos y de atacar su vehículo causándole diversos desperfectos.

La cita era a las diez y media de esta mañana, pero el denunciante no se presentó. Un capítulo más en la caída de Brassica y del empresario que perdió el servicio de comedor de los colegios de San Fernando y gran parte de la provincia, así como la gestión de otros servicios, incluso en otras ciudades, como por ejemplo la cafetería del hospital de Granada, que finalmente ha cerrado.

«Sí es cierto que estuve en manifestaciones y concentraciones, que estuve con otros compañeros en las protestas del 25 de diciembre en la calle donde tiene su domicilio, pero en ningún momento escupí en el telefonillo o le insulté delante de sus hijos. Trabajo con niños y no sería capaz de hacer una cosa así. Ni siquiera conocía a la otra compañera que también está denunciada. Todo es una mentira y como es así no tengo miedo». Es lo que dijo Reme López, antes de entrar en los juzgados. No tardó ni diez minutos en salir y lo hizo entre aplausos y gritos de sus compañeros que veían en el proceso una «injusticia».

Sobre todo por la situación que están padeciendo. Finalmente, la empresa entró en concurso voluntario de acreedores y dejó a deber a la plantilla una media de cinco nóminas, aunque hay casos en los que se extiende hasta el doble. Para muchos el día a día es dramático y ni siquiera saben si verán o no ese dinero.

«Hemos vivido en una tensión permanente y me encuentro con esta denuncia que lo que pretendía era ir a hacer daño. No sé el motivo de mentir y de ir contra mí por reclamar lo que me pertenecía, el salario por mi trabajo», señaló López.

Las quejas

Todo comenzó cuando un día el pan no llegó a las bandejas de los comedores de los centros de San Fernando. La voz de alarma saltó y surgieron las denuncias por la mala calidad del menú o la escasa cantidad de las raciones.

Problemas de pagos con proveedores que llegaron hasta la plantilla, que no dudó en manifestarse. Unas protestas que se iniciaron a la puerta del centro y con amenazas. «Quien se ponga para la foto será el último en cobrar». Tras una promesa detrás de otra, los pagos no llegaron y los retrasos aumentaron hasta que la situación se hizo insostenible y finalizó con Educación retirándole el servicio a esta empresa para dársela a otra que subrogó al personal.

Brassica Group tenía la concesión de 122 comedores andaluces, varios hospitales y centros militares. Tras todo este proceso perdió gran parte y finalmente entró en un concurso voluntario de acreedores. García Gallardo creó esta empresa tras salir de otro proyecto empresarial, el cual está sometido a un largo litigio y cuyo caso se conoce como 'Quality Food'.

La lucha de los trabajadores continúa a la espera de conocer cómo avanza ese concurso de acreedores, aunque lo cierto es que la mayoría no considera que vaya a ver nada del dinero que deberían de haber ganado. Una nóminas que dejaron de cobrar antes de las fiestas navideñas y que hizo que instalaran tiendas de campaña a las puertas de la casa del que era el responsable de la empresa.