Los alumnos de la Escuela cortaron ayer la alameda Marqués de Comillas. :: L. V.
FORMACIÓN

La Escuela de Hostelería devuelve la pelota a la Junta de Andalucía

La plantilla del centro de la Alameda envía un comunicado en el que acusa a la Administración de lastrar su puesta en marcha por los impagos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los alumnos volvieron a cortar ayer las clases porque el profesorado no supo responder a sus demandas de una enseñanza de calidad, con unos temarios disponibles y monitores suficientes para desarrollar todas las prácticas, así como la garantía de que el restaurante (su laboratorio de prácticas) siga abierto. Ayer, la plantilla respondió con un comunicado que presentarán en la Delegación de Educación. En el escrito denuncian sus carencias, entre las que destacan que funcionan sin gerente desde hace casi cuatro años, «lo que ralentiza un buen número de trámites», aunque sí disponen de un administrador del centro, nombrado el exdelegado de Empleo, Juan Bouza. Denuncian que la presidencia, en manos de Educación, no convoca al Consejo Rector desde marzo de 2012. Pero, sobre todo, aclaran que la Consejería de Educación aún no ha resuelto la convocatoria de subvenciones correspondiente al curso 2013/2014, «lo que impide la adecuada organización de la formación», así como que queda «pendiente por cobrar el 25% de la subvención del curso 2011/2012. De esta manera el dinero que se adeuda a la escuela rondaría el millón de euros». Argumentan que la cantidad abonada no es suficiente para que el centro funcione a pleno rendimiento.

Y aseguran que las deudas del consorcio formativo «son consecuencia del retraso en el pago de subvenciones concedidas. De hecho, el embargo realizado por la Seguridad Social, corresponde a la falta de liquidez para abonar las cuotas correspondientes y está impidiendo en estos momentos el pago a proveedores, lo que puede afectar al funcionamiento del restaurante y toda la escuela por falta de suministros». Y van más allá cuando señalan directamente a la Consejería de Educación por no comunicarles los diferentes requerimientos previos al embargo.

Además de la compleja situación financiera de la Escuela, coincide que el profesor jefe de cocina se encuentra de baja médica desde noviembre de 2013, lo que impide el desarrollo normal de las clases en esta especialidad. Y exponen que desde la Delegación de Educación no solucionan esta vacante, así como otra en Logística, además de otras necesidades de personal del centro.

Esta versión de la plantilla coincide totalmente con la ofrecida el viernes pasado por el alumnado. Los trabajadores de la Escuela entienden «la crispación, y no como rebelión, del alumnado en el sentido que siente que no se está cumpliendo lo que se le ha prometido, y deseamos aclarar que la mayor parte de las soluciones que permitirían encauzar el curso con toda normalidad no son competencia ni responsabilidad de los trabajadores de la Escuela».

Por último, recuerdan que el centro es una entidad de derecho público impulsada por la Junta y participada tanto por esta entidad «como por el Ayuntamiento de Cádiz a través de un Consejo Rector, donde también está representada la patronal Horeca, junto a otras entidades y, que según los estatutos, debe reunirse dos veces al año».