MUNDO

Arabia Saudí y Francia pescan en el río revuelto de Líbano

Unos 2.100 millones de Riad pagarán la compra de armas francesas para el Ejército libanés, en un claro reto al respaldo que Hezbolá recibe de Irán

BEIRUT. Actualizado: Guardar
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El presidente de Líbano, Michel Suleiman, anunció ayer en un discurso televisado a la nación que Arabia Saudí entregará al Ejército del país «una ayuda» de 2.100 millones de euros, el mayor apoyo económico recibido por las fuerzas armadas libanesas en toda su historia. La generosidad saudí servirá, en su mayor parte, para adquirir armamento. El rey Abdulá «sugirió que las armas fueran suministradas por Francia, y pronto», explicó Suleiman a los ciudadanos de una nación sacudida en los últimos meses por cada vez más frecuentes zarpazos de la guerra que se libra en la vecina Siria.

El anuncio de la cuantiosa operación de compra de armamento coincide con una visita del presidente francés, François Hollande, a territorio saudí, donde se entrevistó ayer con el monarca. Desde Riad, Hollande se apresuró a recordar el papel tradicional de su país como proveedor de los militares libaneses, además de comprometerse a satisfacer las nuevas demandas.

En los últimos meses, la inestabilidad crónica de Líbano se ha fragilizado aún más como consecuencia del conflicto sirio. El país, que sufrió una brutal guerra civil de quince años de la que todavía está recuperándose, afronta ahora un incremento de la violencia sectaria entre suníes y chiíes, cuyo último episodio se registró el viernes con el atentado con coche bomba en Beirut que costó la vida al exministro de Economía Mohamed Chatah, un suní moderado, asesor del antiguo primer ministro Saad Hariri y abiertamente crítico con el control sobre los destinos de Líbano que ejercen el presidente sirio, Bashar el-Asad, y la milicia chií Hezbolá, ambos bajo el manto de Irán. Los analistas interpretan la multimillonaria ayuda como un abierto desafío de Arabia Saudí a Teherán, su gran competidor por el poder en la región.

Mientras Beirut vivió ayer el funeral por Mohameh Chatah como un acto contra Hezbolá, milicia a la que los partidos prooccidentales responsabilizan de su asesinato.