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Tijeretazos intencionados

La decisión de la Junta de recortar en los consorcios de formación y de no tocar agencias públicas costosas demuestran un criterio que nada tiene que ver con fomentar el empleo en la provincia

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Es por lo menos osado que el delegado del Gobierno andaluz, Fernando López Gil, tras conocer que Navantia perdía los contratos para construir cuatro gaseros, aprovechase para volver a decir que desde la Junta seguirán trabajando para que llegue carga de trabajo, porque para ellos la búsqueda de nuevo empleo es prioritario. Osado porque cuando uno forma parte de una administración que ha decidido recortar en los cursos de formación, que precisamente abastece de trabajadores cualificados a esta compañía y a otras del sector del metal, debería ser más comedido.

El caso de los consorcios de formación es incomprensible. Desde el Gobierno andaluz aseguran haber trabajado para ahorrar en las cuentas de 2014 y bajo esta premisa han metido la tijera sin pudor en la escuela de Hostelería y en el Centro de Técnicas Industriales, con sede en San Fernando. Este último incluso ha tenido un pésimo final, al terminar cerrando sus puertas.

Ambas escuelas apenas suman una inversión de dos millones de euros al año y en ellas se forman un total de 150 jóvenes cada curso. Incluso está más que demostrado que el grado de inserción se sitúa en torno al 90%. Por esta razón es difícil argumentar el recorte. Más aún si se tiene en cuenta que la Junta ha dejado sin tocar algunas de las agencias públicas más costosas de la región cuya funcionalidad está bastante en entredicho.

Entre ellas se encuentran fundaciones, sociedades mercantiles y consorcios como el complejo Trevenque de Sierra Nevada o la fundación Rey Fhad Bin Abdulaziz. Ninguna de las dos están enfocadas a la formación, a la ayuda al empleo o a favorecer la inserción laboral de los ciudadanos. Pilares necesarios en una comunidad con un alto índice de paro y aún mayor en Cádiz. Por lo que se puede decir que esta selección entre lo que se protege y lo que se abandona es aberrante.

Por esta razón, indigna aún más que a los miembros de la Administración andaluza se les llene la boca con políticas de empleo y reproches a la oposición por la mala gestión en el caso de los gaseros. A veces es mejor mirarse la viga en el ojo y pasar de la paja en el del otro.