CÁDIZ

La Sanidad cierra por vacaciones

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Hace apenas un par de semanas que el verano llegó a los centros sanitarios y la demanda asistencial ya ha generado situaciones complicadas. Aglomeraciones en urgencias, retraso de la cita previa para la visita al médico de familia y largas esperas en la consulta del especialista. A partir de mañana, los centros de salud de la provincia dejarán de pasar consulta por la tarde y sólo unos cuantos permanecerán abiertos para atender los casos urgentes.

La situación se vuelve a repetir año tras año cuando el SAS aplica el mismo criterio en las ocho provincias y sólo refuerza los ambulatorios de los municipios costeros, sin que eso tenga su reflejo en la atención especializada. En estos días se han incorporado 51 profesionales repartidos entre los centros de salud de las localidades que multiplican su población durante la vacaciones. Pero también se han reservado camas en todos los hospitales públicos de la provincia, se han cerrado quirófanos, reprogramado intervenciones y la cobertura de los trabajadores que están de descanso apenas alcanza el 50%.

Sindicatos, colegios profesionales y asociaciones de usuarios y pacientes han mostrado su preocupación por la situación y el futuro del sistema sanitario. Coinciden en defender el carácter público de la atención y exigen el servicio que se presta mantenga la misma calidad durante todo el año. Así lo han puesto de manifiesto en un desayuno-coloquio organizado por LA VOZ y en el que han participado los presidentes de los colegios de Médicos y Enfermeros de Cádiz, Miguel Morgado y Rafael Campos; la secretaria provincial del sindicato de enfermería Satse, María Alaminos; el portavoz de Facua, Jesús Yesa y la presidenta de la Federación de Asociaciones de la Salud, Blanca Marzán, que representa a nueve colectivos de pacientes de diferentes enfermedades. Al debate fue invitado también el delegado provincial de Salud, Ángel Acuña, que no pudo asistir por cuestiones de agenda.

Participación ciudadana

¿Quién elabora el plan?

El coloquio se abre con la duda sobre cómo se elabora la planificación que cada verano se impone en los centros sanitarios y que genera malestar entre la comunidad sanitaria y los propios usuarios. Y la pregunta parte del doctor Morgado, responsable del Colegio Médico, que dice no entender por qué no se cuenta con los profesionales para organizar los recursos, que son los que mejor los conocen. «Me pregunto cuál es el plan del SAS, en qué condiciones trabajan los facultativos que cubren a los compañeros que se han ido de vacaciones y cómo afecta eso al paciente», insiste y dice echar de menos una mayor colaboración entre la administración y los órganos colegiales. «Hace años que no han contado con nosotros para nada», lamenta.

«Ni siquiera se le ha dado participación a los sindicatos, a los que están obligados a informar», añade María Alaminos, responsable de Satse Cádiz. Recalca que desde mayo han solicitado información sobre la planificación y hasta unos días antes de que comenzara a aplicarse no tenían constancia sobre cómo se afrontarían los próximos dos meses.

«No trabajamos con tornillos, ni con piezas que pueden acumularse y retomarlas en otro momento, lo hacemos con personas y es necesario disponer de unas condiciones óptimas para ofrecerles la mejor atención», recuerda. Pero la información que la administración sanitaria les ha facilitado deja muchas dudas en el aire, «y la primera es que no conocemos el nivel de cobertura de las vacaciones, porque nos lo dan por jornadas sin llegar a decir cuántos puestos quedarán vacantes y cuántos se van a cubrir».

Urgencias

La eterna espera

Y el primer indicador es el incremento de la demanda asistencial en puntos calientes como las Urgencias. Tanto los centros de salud que las atienden como las unidades hospitalarias sufren los estragos del verano quizá más que ningún otro servicio. A estos dispositivos recurren aquellos usuarios a los que se les retrasa la cita previa o los que no pueden acudir a la consulta por las mañanas. «Sabemos que ya se ha producido un repunte importante en las urgencias de los hospitales», avanza Rafael Campos, presidente del Colegio de Enfermería. Y pone como ejemplo lo ocurrido la semana pasada en el Puerta del Mar, cuando se llegaron a ingresar hasta cuatro pacientes procedentes de la UCI en Urgencias por falta de camas. La secretaria de Satse añade que cada año los que ingresan por este área llegan a pasar incluso varios días en observación porque no queda espacio en ninguna planta y esa situación supone una mayor sobrecarga para los profesionales. A eso hay que sumarle las horas de espera del resto de personas que aguardan a ser llamados.

Quizá no todos lleguen con dolencias propias de un servicio de hospital, pero es obligación de los trabajadores atenderlos. Aquí también se pone en envidencia «una falta de educación sanitaria», puntualiza el portavoz de Facua, Jesús Yesa. Considera muy importante esa labor, porque «con una mayor formación de los ciudadanos se evitarían muchas situaciones, no sólo de aglomeraciones, sino de conflictividad en general». También recalca que tanto los pacientes a título individual como las organizaciones de usuarios «reclamamos poco y mal» y anima a que se deje constancia cuando se retrasa en exceso una cita, no se atiende como es debido o se produce cualquier problema, porque es la mejor manera de que se den soluciones.

Reserva de camas

La demanda que fluctua

El cierre de camas en los hospitales públicos es una de las medidas de ahorro más controvertidas de la administración sanitaria. El volumen gira en torno al 15% del total, según las cifras oficiales, aunque la reserva es mayor en unos centros que en otros. Blanca Marzán, que representa a varias asociaciones de pacientes de Cádiz, destaca que «no se puede preveer qué demanda habrá en verano, sobre todo en algunos servicios como Maternidad o Pediatría», además dice no entender cómo se calcula la demanda de pacientes en una provincia donde llegan veraneantes de fuera y la población habitual se marcha menos de vacaciones.

El cierre de determinados controles de hospitalización da lugar a una mayor frecuencia de lo que se conoce como ‘pacientes ectópicos’, que son ingresados en plantas que no corresponden a la especialidad que los trata. Señala María Alaminos que «hace unos años era una cuestión excepcional, pero hoy es lo habitual». Y cuando eso ocurre «es producto de una mala gestión». El presidente de los enfermeros gaditanos añade que «eso es también un mal indicador de la calidad».

Acumulación de pacientes

Los centros de salud cierran por la tarde

Otra de las medidas excepcionales que se han convertido en la norma durante el verano es la acumulación de cupos de pacientes. El horario de las consultas de atención primaria se reduce a las mañanas y durante las tardes sólo unos cuantos seguirán abiertos para atender urgencias.

«¿Cuánto se ahorra cerrando centros de salud si masificamos las urgencias?», se cuestiona María Alaminos. Recalca que la atención hospitalaria es mucho más cara. Y pone de manifiesto una cuestión muy importante, el descuido de la prevención, que en opinión de todos los asistentes al coloquio, «es la manera más fácil de mejorar la calidad de vida de los usuarios y regular el gasto».

«En verano se trabaja a demanda», señala el presidente del Colegio de Enfermería. Asegura que las dos opciones que utiliza la administración es cerrar servicios o reducir el personal y en este caso, considera que lo más recomendable es la primera, «para que la atención que se ofrezca al menos sea de calidad».

Rafael Campos destaca que «existen unos estándares mínimos, un número de profesionales por pacientes elaborados por la propia Agencia Española de Calidad y «esos estándares se están vulnerando en la mayoría de los centros». En vista de la situación, el responsable del órgano colegial considera que «no se pueden pedir responsabilidades cuando no se garantizan las condiciones adecuadas». Aunque también reconoce que «al final los profesionales dan la talla y asumen la sobrecarga de trabajo solventando imprevistos y anteponen la salud del paciente a todo lo demás, de lo contrario, la ciudadanía ya estaría en pie de guerra».

«Y todo esto que estamos comentando también influye en las listas de espera», recalca Blanca Marzán. Asegura que hace mucho tiempo que no se publican y que su federación ha puesto ya varias reclamaciones por no respetar los plazos mínimos para intervenciones quirúrgicas. «Si reclamas te dan la opción de acudir a una clínica privada si se ha superado el plazo que marca el decreto, esas operaciones pueden costar entre 18.000 y 20.000 euros, las más habituales», señala y se cuestiona si merece la pena ahorrar en cierre de quirófanos.

Defensa de lo público

Abuso de los conciertos sanitarios

Pero a pesar de las carencias que pueda presentar el servicio sanitario andaluz, Jesús Yesa, portavoz de Facua Cádiz, alerta de que «todo eso no debe servir de coartada para abrir la puerta a la privatización de la gestión pública como ya han emprendido otras comunidades». Insiste en que «hay que buscar soluciones y todas deben venir del ámbito público».

«Pero en Andalucía ya existe una privatización , no del organismo, pero sí de la función con los conciertos sanitarios, que se han perpetuado», puntualiza el doctor Morgado. Destaca que se informa del criterio a la hora de derivar a los pacientes a los centros conveniados y que en general «se mantiene un oscurantismo en todo lo que respecta a la gestión».

Yesa también muestra su rechazo a lo que considera un abuso de la sanidad concertada, a la que se sigue recurriendo incluso cuando se cierran camas en hospitales. También avanza que la federación de consumidores ya ha solicitado información a la Consejería de Salud sobre cuánto tiempo se mantendrán los conciertos.

¿Faltan recursos?

Carencias o mala organización

«Tenemos un problema de falta de recursos económicos y un buen uso de las plantillas. Qué tengo, qué puedo dar», considera el presidente del Colegio Médico, Miguel Morgado. Destaca la necesidad de abrir el diálogo y tomar decisiones consensuadas, «cosa que esta administración no hace».

Para el presidente del Colegio de Enfermería, Rafael Campos, no es un problema de dinero, sino una falta de un plan de actuación. Asegura que nuestro sistema está por debajo de la media europea en número de profesionales por pacientes. Recuerda que el Consejo General de Médicos y el de Enfermeros han hecho llegar al Ministerio de Sanidad un documento con 85 propuestas de viabilidad del sistema nacional, con medidas sobre compras centralizadas de fármacos, la incorporación de medicamentos unidosis e incluso medidas de infraestructuras. Recalca que «recortar en salud no es una buena medida de ahorro, porque genera un gasto mayor a la larga».

Y a punto de finalizar este coloquio, los invitados se preguntan «¿por qué los responsables sanitarios no participan en este tipo de debates? Si se está satisfecho con la gestión, qué mejor que defenderla y explicarla, ya que no existen otros foros oficiales en los que lo hagan?». Y de esta manera lanzaron una propuesta para que se abra la vía de la participación en la toma de decisiones sobre la organización de los recursos sanitarios.