CÁDIZ

El Museo Provincial, cerrado ayer a pesar de la llegada de 3.000 viajeros

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Mientras el volumen de cruceristas sube año a año, los servicios que ofrece la ciudad dirigidos a este numeroso público apenas se desarrollan. Ayer fue un buen ejemplo. Día festivo, 1 de mayo, jornada para la celebración y reivindicación del trabajo. Y casi nada abierto en el centro histórico de Cádiz. El Museo de Cádiz, cerrado a cal y canto, a pesar de que en los muelles de la ciudad habían atracado dos naves, 'Aidamar' y 'Hamburg', con capacidad máxima para 3.000 pasajeros. Teniendo en cuenta que el 70% de ellos visita la ciudad, unas 2.000 personas deambularon por las calles sin rumbo fijo.

A finales del año pasado, la Junta tuvo que dar marcha atrás y rectificar su anuncio de recortar los horarios de apertura de todos centros de la red andaluza, entre los que se encontraba el Museo Provincial, después de apuntar que cerrarían cada día a las cinco de la tarde. Este escollo se resolvió pero el horario actual tampoco se ajusta a los picos de demanda. Concretamente, el horario de invierno (del 16 de septiembre al 31 de mayo) es de 9.00 a 20.00 horas. Los domingos, festivos y vísperas sería de 10.00 a 17.00 horas. Pero se ve que este plan no incluía el 1 de mayo. Aquella rectificación, por la que se mantuvieron unos horarios similares a los de siempre llegó después de que sindicatos, colectivos culturales, empresariales, artísticos y académicos rechazaran este cambio por considerar que perjudicaba a la ciudadanía y al sector turístico.

Ayer, como únicas ofertas especializadas se encontró la de Torre Tavira y poco más, cuyo negocio debió hacer una estupenda caja según el número de ciclistas extranjeros que se vieron ayer por la mañana en el centro. «Del Aida hemos tenido un par de grupos que han llegado en bici», comenta la empresaria de Torre Tavira, Belén González Dorao, quien se mostró muy satisfecha por mantener el negocio abierto en festivo. «Nos adaptamos a la demanda. Es lo normal», apostilla la gerente de la torre vigía, uno de los recursos turísticos más visitados de la capital.

Afortunadamente, los bares de San Juan de Dios estaban todos llenos, así como alguno más en el corazón del casco histórico, pero que se escapa de la ruta más popular de los viajeros.