LOS IMPAGOS

Los futbolistas del Cartagena han pasado más de dos meses sin cobrar. En el Atlético Sanluqueño no han visto un euro nuevo en su cartilla desde noviembre. Del Albacete ya se han producido las primeras fugas por impagos. En el Cádiz se han retrasado unas tres semanas en los pagos, y aún no se ha abonado la última mensualidad completa ('sólo' hasta 1.500 euros). Mal. No es ético escudarse en que en las demás casas se vive peor. Ni podemos hacer de la excepción la norma, por mucho que sea lo habitual. Un trabajador, cualquier trabajador, merece y debe cobrar su salario el día fijado, nunca después, obligación para que a su vez pueda cumplir con sus obligaciones. Para eso curra, con más o menos acierto, y por ello se le paga. Es el trato.

Si se sabe se cuenta, y si se cuenta se critica. Ahí el gestor ha de asumir su responsabilidad como parte del negocio. Pero, tal y como está la 'cosa', que la 'cosa' está fatal y aún más en el fútbol, resulta exagerado clamar por veinte días de retraso. No es argumento para dudar de la solvencia del actual grupo inversor, que hasta el momento es el único que sigue poniendo dinero en el Cádiz (60.000 el mes anterior, 120.000 éste más la compra de las acciones de Muñoz), una sociedad con 13 millones de euros de deudas y serios problemas para seguir adelante.

Este momento de la temporada es crítico para las tesorerías. El año pasado también tuvieron serios problemas para cobrar... los que no 'eran' de Pina, en una decisión pésima. Hace dos hubo conato de huelga al llevar tres meses sin cobrar. Toca apretarse los machos, que no afecte sobre el césped, y esperar que llegue ese balón de oxígeno: el aval de 200.000 euros, los 150.000 de la RFEF por las dos ediciones de Copa, el dinero de Canal Sur el Ayuntamiento... Porque el Cádiz también sufre los impagos.