Apuntes

La inaplazable transformación

Rafael Barra deja como última gestión la transformación para uso ciudadano de los 150.000 metros que separan la Estación Marítima de la Punta de San Felipe

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Resulta ilustrativo que la última gestión de Rafael Barra tras 15 años al frente de la Autoridad Portuaria de Cádiz haya sido abrir, al fin, el espacio colindante a los muelles al uso ciudadano. Esa decisión señala que las peticiones, desprovistas de conocimiento técnico, por parte de un gran sector de la sociedad gaditana no eran tan disparatadas. La construcción de la nueva terminal de contenedores, alejada del núcleo más urbano del puerto, viene a suponer una oportunidad para revisar los usos de otros espacios pegados a una ciudad tan ansiosa por recuperar su mitificada e imprescindible relación con el mar como necesitada de nuevos suelos con uso real.

Los 150.000 metros cuadrados que quedarán disponibles entre la Estación Marítima y la Punta de San Felipe suponen la primera ocasión real para dar nuevo sentido a terrenos que, ya sin contenedores suponen una oportunidad que ya tarda en ser aprovechada. Es cierto que el camino burocrático será largo. Primero será necesario que la terminal nueva despeje incógnitas presupuestarias y entre en funcionamiento en 2016. A partir de esa fecha cabe iniciar la transformación del enorme hueco portuario que deja. Además, será necesario que las administraciones acuerden los usos. Están descartadas las viviendas pero el hotelero, el hostelero, el comercial y el administrativo son viables siempre que haya unanimidad institucional. La Autoridad Portuaria ha dado el primer paso y el Ayuntamiento lo recibe con un inequívoco «ya era hora». Así que el trayecto invisible pero fundamental ya está recorrido. Es el de la intención, el del deseo común y la decisión política para ponerlo en marcha. El resto, al fin, es cuestión de tiempo.