Economia

Un sindicalista negociador con tres huelgas generales a sus espaldas

Ignacio Fernández Toxo seguirá al frente de CC OO durante cuatro años más tras ser reelegido como secretario general

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ignacio Fernández Toxo (Ferrol, 1952) seguirá al frente de CC OO durante cuatro años más tras haber sido reelegido secretario general este fin de semana en el décimo Congreso Confederal con el 85,6% de los votos en la única lista presentada a la Ejecutiva Confederal. Defensor de la negociación y el diálogo en todas las circunstancias posibles, eso no le ha impedido convocar tres huelgas generales durante su anterior mandato (dos contra las reformas laborales del PSOE y del PP y una contra la política económica y los ajustes del Gobierno de Mariano Rajoy).

En estos cuatro años ha consolidado la unidad de acción sindical con UGT, donde no se han producido fisuras («mi amigo Ignacio», dice siempre Cándido Méndez). Juntos firmaron la reforma de las pensiones con el Gobierno socialista y el segundo Acuerdo para el Empleo y la negociación colectiva con la patronal, donde pactaron moderación salarial para el periodo 2012-2014.

Toxo comenzó su vida profesional como electricista metalúrgico a los 14 años en el astillero naval Bazán, de donde fue despedido y encarcelado por su participación en la huelga general de Ferrol. Dejó la prisión y vivió cuatro años en la clandestinidad. Tiene un perfil sindical marcadamente industrial y amplia experiencia en reconversiones. En 1987 se convirtió en el secretario general de la Federación del Metal de CC OO, una de las más fuertes de la organización, cargo que desempeñó hasta 2004.

En noviembre de 1999 anunció su candidatura para dirigir el sindicato, pero el entonces secretario general, Antonio Gutiérrez, mostró su apoyo a José María Fidalgo como sucesor. Toxo dio un paso atrás para no quebrar la unidad y Fidalgo salió elegido con los apoyos del sector crítico. En 2004, Fidalgo fue reelegido e incorporó a Toxo a la Comisión Ejecutiva como responsable de Acción Sindical y Políticas Sectoriales. La convivencia no fue fácil. En 2008, en un sindicato dividido y con una posición muy crítica con la actuación de Fidalgo, Toxo presentó su candidatura a la secretaría general. Fue una votación de infarto y Toxo salió elegido con solo 28 votos de diferencia. Ahora, las fracturas internas se han curado, dice, y por eso ha podido haber una sola candidatura a la Ejecutiva. Toxo ha agradecido públicamente varias veces a Fidalgo su «generosidad» al retirarse y no encabezar una corriente opositora. No obstante, dentro de la central sindical hay algunas voces que le reprochan a Ignacio Fernández Toxo no dar más participación y responsabilidad a miembros críticos con su gestión.

Partidario hasta la extenuación del acuerdo, el sindicalista gallego ha evolucionado hacia la moderación y el pragmatismo desde su posición originaria de ultraizquierda.

Precisamente, algunos de los acuerdos a los que llegó en su anterior mandato, como la reforma de las pensiones de 2011, no fueron entendidos por una parte de las bases, ya que endurecía las condiciones. Lo hizo, dice, para sostener el sistema público de pensiones aún a costa de la incomprensión. Admite que hay que reducir la deuda pública y el déficit, pero pide tiempo para hacerlo con calma y sin los ajustes que cercenan el crecimiento y ahondan el paro. Y rechaza los parches que pone el Gobierno. A la ministra de Empleo, Fátima Báñez, invitada a la clausura del congreso, le advirtió: «El nuevo paradigma no es el emprendimiento» sino que «sigue siendo el trabajo asalariado».

Para los próximos cuatro años se ha marcado como objetivo «revertir la reforma laboral», aunque hasta ahora no ha tenido éxito alguno a pesar de las continuas movilizaciones y huelgas. Y buscará acercar el sindicato a los jóvenes, a las pymes, a los parados. Reconoce que los sindicatos son organizaciones «clásicas» afectadas también por la desafección de los ciudadanos hacia las instituciones. Defiende la renovación («aquí estamos de paso», señala) y cree que los sindicalistas jóvenes deberán tomar el relevo en un plazo corto. No es extraño, entonces, que haya conformado una Ejecutiva con casi la mitad de caras nuevas y donde la edad media se ha reducido en cinco años de golpe. En 2017, Fernández Toxo tendrá 64 años y habrá candidatos que pidan paso.