Economia

Otro rejonazo a la 'marca España'

Las acusaciones de corrupción han vuelto a poner al país en el punto de mira justo cuando estaba recuperando la confianza de los inversores

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El toro con que se identifica a la 'marca España' comenzaba a levantar cabeza. En el arranque del año, la sensación era casi de euforia. Bajaba la prima de riesgo, el Estado y las empresas españolas se financiaban con comodidad y a precios relativamente bajos. «España está arreglando su casa, pero todavía vive en un mal vecindario», titulaba 'The Wall Street Journal' un halagador reportaje del 10 de enero, en el que elogiaba los avances logrados por el Gobierno y aplaudía la decisión de Rajoy de resistir y no pedir el rescate. En esas fechas, 'The Washington Post' advertía de que «mientras Francia amenaza con nacionalizar una planta de acero, su vecina España aumenta sus exportaciones y consigue atraer nuevas inversiones de los fabricantes de automóviles», una comparación favorecedora que reflejaba que François Hollande era el que estaba en el punto de mira de la prensa anglosajona.

Pero llegaron los 'papeles de Bárcenas' y el tono cambió. Los logros del Gobierno frente a la crisis han quedado eclipsados por los supuestos pagos en dinero 'negro' a la cúpula del PP, que ha traído a primera plana la corrupción de la clase política. Han desaparecido los halagos y vuelven los reproches, como el que hacía en un reciente editorial el 'Financial Times' titulado 'Rajoy en crisis'. «España está luchando por salir de la peor crisis económica de la era democrática, en un momento en el que casi todas sus instituciones, desde la monarquía a los jueces, muestran señales de podredumbre. Tiene que haber una profunda, transparente e independiente investigación sobre las cuentas de Bárcenas», concluía el rotativo británico, tras tachar de insuficientes las explicaciones dadas por el PP.

Las acusaciones de corrupción han supuesto un rejonazo para el toro. Lo reconoció el presidente del Gobierno en el Debate sobre el estado de la Nación, cuando afirmó que dañaban «la imagen de España». «Que ocupemos las primeras páginas de los periódicos con estos temas no es bueno», admitía también el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, tras un viaje a Japón. Ahora el debate se centra en determinar si este problema va a frenar el incipiente retorno de los inversores internacionales e incluso resucitar el fantasma del rescate.

Es una discusión sometida a criterios subjetivos porque datos objetivos, de momento, hay pocos. Si nos atenemos a la prima de riesgo, el impacto es limitado. El diferencial entre el interés que se pide al bono español frente al alemán apenas se ha alterado con el escándalo de Bárcenas -'El País' publicó el 31 de enero los 'papeles'-. Se situaba entonces en 350 puntos y el viernes cerró a 358. «Hay mucha más preocupación por las elecciones en Italia», explica Alberto Morillo, analista de Consulnor.

En la misma línea, el director de análisis técnico de la gestora de fondos Fidelity, Jeff Hochman, afirmó recientemente en una entrevista que no lo consideraba «un gran problema, salvo que haya mucha presión interna, se descubran cosas terribles y se desencadene una crisis de Gobierno». Una opinión similar a la de Alex White, de JP Morgan. «El efecto será limitado a no ser que Rajoy se vea obligado a dimitir, algo poco probable», sostiene.

Daño a «la moral» del país

El Alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, aseguró en su comparecencia en el Senado el pasado lunes que «por ahora la corrupción no está afectando a la imagen del país; no va a bajar el número de turistas ni se van a reducir las inversiones en España». Tras recordar que en todas partes cuecen habas, incluso en países como Alemania, sostuvo que el escándalo «tiene mucha más importancia de cara al interior», por «su efecto sobre la moral» del país.

En este sentido, hay consenso en que si el caso encalla y no se esclarece, la 'marca España' va a sufrir mucho. «El Gobierno perdería toda legitimidad para pedir más sacrificios a la ciudadanía, una amenaza que es percibida como un serio problema fuera», advierte Javier Noya, director del Observatorio Marca España. No hay que olvidar que uno de los principales elementos que ha motivado la vuelta de la inversión internacionales es que el país tiene un Gobierno con amplia mayoría parlamentaria, lo que facilita la aprobación de reformas y recortes. Es un punto a favor que le distancia de otros socios vulnerables como Italia. Bien lo sabe Rajoy, que se esforzó en transmitir la imagen de «Gobierno fuerte» en el último debate.

Pero esa fortaleza se debilita conforme crece la indignación social. A un paro del 26%, los desahucios y los recortes en Sanidad y Educación, se suma ahora el goteo de escándalos, que afecta al Gobierno y a la Corona. «El 52% de los españoles ve en la corrupción el problema más grave para la imagen de España en el exterior. Ese dato revela hasta qué punto hay malestar», señala Noya. Otra conclusión del estudio es que los españoles perciben el problema aún peor de los que es. Creen que España tiene más corrupción que China o Marruecos, cuando el índice de Transparencia Internacional la sitúa cerca de Francia y Alemania y mucho mejor que a Italia o Grecia.