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Pagar o no pagar

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El turista tiene asumido que, cuando ejerce de tal en alguna ciudad, debe de pagar por visitar sus principales monumentos e incurrir en la torpeza de todo ciudadano en tierra ajena, dar más dinero de lo que les cuesta a los locales la oferta de restauración y cultural. Es la cruz del que puede permitirse un descanso o unas vacaciones. El motor de esta industria en la que Cádiz tiene depositada buena parte de las esperanzas de asomar la cabeza del hoyo de su crisis profunda.

El argumento de la generalidad es uno de los que ha esgrimido el Ayuntamiento para anunciar que a partir del próximo viernes valdrá dos euros entrar en el Castillo de Santa Catalina, una fortaleza en la que continuamente se exhiben muestras de arte. Algunas de gran prestigio, como las que ha traído el año constitucional que todavía se celebra en Cádiz. Sí, es cierto. En muchas ciudades se abona una entrada para pasar a sus edificios más emblemáticos. Pero también es cierto que están exentos de pagarla quienes acreditan vivir en esa ciudad. En algunos sitios se distingue hasta si se es ciudadano de la Unión Europea o no. Y en el caso del futuro pago por recorrer las instalaciones de la fortaleza de La Caleta, no se recoge la exención para los gaditanos. Claro, en la cultura de la gratuidad en la que estamos instalados el anuncio de Teófila Martínez ha provocado un terremoto en la sociedad local. El único día gratis serán los sábados, pero ni por esas se está conforme.

Dos euros son, a priori, más que un precio razonable y ya en otros centros expositivos como la Casa Iberoamérica o el ECCO se ha llevado a cabo esta medida. El problema es que el turista acude una sola vez a estos edificios, paga sus dos euritos y ve la exposición de turno y el Castillo. Pero el consumidor local deberá de invertir ese dinero cada vez que quiere contemplar una nueva muestra. Y ese sí es un agravio imperdonable. Aunque ya es hora de que se aprecie y se pague por el patrimonio y las artes, el Ayuntamiento debe de buscar una solución que deje contentos a todos. Como la mayoría de las veces, en el término medio...