ESPAÑA

CiU y ERC rebajan la declaración de soberanía para incluir al PSC

Convergentes y republicanos deciden reclamar que los catalanes tienen derecho a decidir

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El pacto de gobierno entre CiU y Esquerra Republicana de Catalunya no ha cumplido ni cien días y los problemas internos han aflorado a las primeras de cambio. Sobre todo entre Unió Democrática y Esquerra, formaciones que están en las antípodas desde el punto de vista ideológico y soberanista, y que llevan días lanzándose dardos envenenados en público, pero también entre la propia Unió y Convergència, partidos federados.

Aunque el acuerdo de legislatura reconoce un cierto grado de autonomía a Esquerra para ejercer como principal fuerza de la oposición, a Duran Lleida no le hizo ninguna gracia que la semana pasada el líder republicano, Oriol Junqueras, fuera casi el primer dirigente en salir a pedir su cabeza por la financiación irregular de su partido en el 'caso Pallerols'. El detalle puso en evidencia que se miran con más que recelo después de que Duran expresara que prefería al PSC como socio antes que a los independentistas republicanos.

El hecho de que el líder de Unió se ausentara del acto que escenificó la firma de la alianza entre CiU y ERC, el pasado diciembre, ya hizo presagiar que las diferencias serían una constante durante el mandato. Por tanto, el choque producido a propósito de la declaración de soberanía que el Parlament aprobará el próximo 23 de enero no ha hecho más que confirmar las previsiones más negativas.

En Esquerra no le perdonan a Duran Lleida todos los palos que puso en las ruedas para tratar de que su pacto con CiU no fructificase y, especialmente, dudan de que sea un socio fiable para el objetivo de la legislatura catalana, la convocatoria del referéndum de autodeterminación. De momento, es prácticamente un hecho que el Parlamento catalán no aprobará la declaración de soberanía pactada la semana pasada, con Duran en Chile, y que definía a Cataluña como sujeto político y jurídico, y afirmaba que el objetivo del referéndum es que Cataluña tenga Estado propio. Los dos partidos negociantes decidieron anoche suavizar su polémica declaración para intentar atraer a sus posturas a Iniciativa per Catalunya y, sobre todo, a los socialistas catalanes. El texto solo incluirá el derecho a decidir, suprimiendo que el fin último de la consulta sea que Cataluña se convierta en un Estado propio deslijado de España. Con este movimiento, convergentes y republicanos dejarían fuera a PP y Ciutadans.

Conseguir 107 apoyos

Unió, que criticó a Convergencia y Esquerra las prisas por pactar un texto sin tener en cuenta al resto del arco parlamentario, puso ayer sobre la mesa la necesidad de replantear el documento para conseguir que 107 diputados -todos menos el PP y Ciutadans- voten a favor del derecho a decidir.

Desde la formación democristiana están dispuestos a posponer el pleno del 23 de enero o incluso partir de cero para pactar una resolución en la que quepan todos, lo que es tanto como desautorizar el documento presentado la semana pasada.

Esquerra Republicana interpretó el movimiento de Duran como un intento de rebajar el tono soberanista de la declaración, si bien el presidente de ERC se avino a negociar cambios para que puedan sumarse otras formaciones. Eso sí, ni hablar de volver a empezar o de 'resetear' el proceso, como pidió Duran Lleida. Y mucho menos de posponer la votación. «Cualquier cuestión de dudas dentro de CiU la tienen que dirimir sus líderes», señalaron en Esquerra.

«Si quieres ir deprisa, ve solo. Pero si quieres ir lejos, ve acompañado», replicaron desde Unió Democrática en un mensaje que también tenía como destinatario a su socio de Convergencia.

Al margen de los problemas iniciales, Duran anuló una comida la semana pasada con Junqueras y Mas con el argumento de que «no me siento con quien pide mi dimisión», a medida que se acerque la fecha de la consulta las diferencias entre Convergencia y Unió serán más palpables. Unos defenderán el sí y los otros puede que el no y seguirán los resquemores por el retroceso electoral que los 'convergentes' achacaron a Duran.

A todo ello se unirán las peleas en el ámbito económico. Artur Mas tiene un problema y es que tiene que intentar satisfacer las aspiraciones sociales y fiscales de Esquerra con las arcas vacías, mientras Unió, de la mano del sector empresarial, pide todo lo contrario que los republicanos. El próximo 14 de febrero, el mundo económico catalán ha organizado un acto para reclamar diálogo entre Cataluña y el resto de España que puede marcar la legislatura.