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Aquí inventamos nosotros

Proteger la propiedad intelectual de un producto es esencial para evitar el uso de terceros sin consentimiento y obtener rendimiento económico Repaso al proceso que hay que realizar para constituir una patente

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La historia negra de España se alarga en muchos terrenos. Uno, por ejemplo, es el que sostiene que se produjo el descubrimiento de América por casualidad. Otro, el que dice que en España sigue presente el «que inventen otros» y que en este país solo triunfan los inventos que consisten en ponerle un palo a algo (y se saca a relucir la triada de chupa-chups, fregona y futbolín). Nada más lejos de la realidad. España tiene una potente industria dedicada al registro de patentes, controlada por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). Ahora, inventamos nosotros.

Esta oficina define la propiedad industrial como el conjunto de derechos que protegen al titular de una invención mediante la identificación de los productos y servicios que ofrece en el mercado. Esto exige, evidentemente, que la patente tenga unos signos distintivos respecto de los de la competencia. Deben ser objetos nuevos y con posibilidad de producción industrial. Es decir, pueden ser tanto productos elaborados, como máquinas o, incluso, procesos industriales. Quedan descartados de esta catalogación los programas de ordenador, las teorías científicas y matemáticas, las obras literarias, las formas de presentar informaciones o los juegos. Eso sí, todos éstos pueden acogerse a fórmulas de protección intelectual.

Paso a paso

Lo primero que hay que hacer para registrar una patente es saber qué ámbito de protección se le quiere aplicar. En la actualidad, existen tres tipos de protección en función del ámbito geográfico en el que se integren: patentes nacionales, europeas e internacionales. Hay que aclarar que, en el tercer caso, no se trata propiamente de patentes internacionales sino de solicitudes internacionales, ya que hay un procedimiento internacional y luego hay que pasarlas a la protección de cada país.

Una vez decidido el ámbito de actuación, hay que presentar una solicitud en el registro de patentes en el que consten el título de la invención, el sector de la técnica donde se encuadra, una descripción o memoria, unas reivindicaciones, unos dibujos que sirvan para ilustrar la invención, un resumen y el pago de la tasa de la solicitud. Las tasas, para la patente nacional, son de 72,72 euros, pero hay que añadir unos 700 del Informe de Estado de la Técnica que realiza la Oficina Española de Marcas y Patentes. Como ya se ha indicado, los requisitos que deben reunir las patentes, y que deben estar justificados, son los de ser una novedad mundial, presentar una actividad inventiva y tener aplicación industrial.

La clasificación

A la hora de clasificar las patentes existe la dificultad de que un mismo invento puede ser empleado en varios sectores tecnológicas. Actualmente, las patentes se clasifican sectorialmente según la Clasificación Internacional de Patentes (CIP), que divide la tecnología en ocho secciones, con unas 70.000 (sic) subdivisiones. Hasta el año 2007, el sector técnico más destacado en presentación de patentes en Andalucía era el clasificado como 'Necesidades corrientes de la vida' (que engloba agricultura, alimentación, artículos domésticos, medicina y veterinaria). Le seguía el apartado de 'Técnicas industriales diversas'. Sin embargo, ese año cambió la estructura de recogida de información, y cambiaron las patentes más abundantes en la Comunidad, que pasaron a ser las del sector químico y las aplicables a ingeniería mecánica.

En España, a la hora de presentar una patente, desde el Ministerio de Industria se ofrecen distintas posibilidades de informe. Uno es el informe de patente, en el que se identifican los registros parecidos a la tecnología que se ha presentado con el fin de determinar el grado de 'patentabilidad' de la nueva tecnología. También está el conocido como Informe de Vigilancia Tecnológica, que sirve para identificar todo el entorno tecnológico en el que se mueve una patente. Se encuentra también el Informe de Diseños, en el que se hace una búsqueda en las bases de datos de España y de la UE sobre patentes registradas próximas al perfil de búsqueda. Se elimina, de esta manera, la posibilidad de que se intente presentar una patente que plagie otro diseño. También existe lo que se denomina como Informe de marca, en el que se analizan las marcas protegidas tanto internacionales como nacionales y que tengan efecto en España.