PAN Y CIRCO

LA HORA DEL JUGADOR

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Alberto Monteagudo pende de un hilo. El técnico manchego del Cádiz ha salvado su momento más delicado de la temporada gracias a la confianza de Alessandro Gaucci. Aunque el italiano es su principal valedor no le temblará el pulso en caso de derrota ante La Roda el domingo en el Carranza. La presión ya será insostenible. El entrenador ya sabe lo que hay, se la juega. Es su última carta. Por eso ahora llega el momento del jugador. El futbolista se hace en ambientes de tensión y necesidad como el que se encontrarán el próximo domingo en la Tacita de Plata. Es su hora. La de demostrar si defienden a su técnico a capa y espada. Si quieren que siga comandándoles o si por el contrario le abandonan a su suerte. Más que nunca el entrenador está en mano de sus propios hombres. Ahora las palabras de los jugadores cadistas son de total apoyo pero hay que demostrarlo en el césped, pues de lo contrario el técnico caerá y ellos quedarán aún más en evidencia.

Sin lugar a dudas, al equipo le hace falta una buena pasada por el orden y el rigor sobre el rectángulo de juego, sin perder esos buenos conceptos y la intención de jugar la pelota que ha llevado Alberto Monteagudo siempre por bandera. Ante el Albacete el equipo corrió y peleó. No fue el conjunto desganado del día del Arroyo, pero eso no tiene ningún mérito, no nos engañemos. Lo mínimo exigible es la actitud sobre el césped.

El domingo saldremos de dudas y veremos si estos jugadores demuestran su respaldo al entrenador sobre el césped y no de palabra. Solo vale ganar a La Roda en el Carranza y cambiar la dinámica perdedora de un Cádiz que cansa y aburre a una afición hastiada de fracasos y proyectos a medias.