Un grupo de mujeres celebra la victoria de Obama durante la noche electoral. :: CENGIZ YAR JR. / AFP
MUNDO

La mayoría de las mujeres apostó por Obama

El 55% de las estadounidenses votaron por el presidente al ver en él un adalid de su causa

CHICAGO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los republicanos estaban ayer horrorizados. Según interpretan el resultado de las urnas, el país está en manos de gays, porreros, negros, abortistas, hispanos y mujeres. Algunos prefieren llamarlas «putas», porque no son las amas de casa que tanto venera el partido conservador sino el 67% de los 55 millones de mujeres solteras que hay en el país las que han aupado a Barack Obama. Y esto no es casualidad.

La campaña de Obama descubrió pronto el nicho del voto femenino y lo cortejó con un mensaje específico que cautivó a las mujeres más educadas, urbanas y progresistas. La primera ley que firmó el presidente en 2009 fue la Lily Ledbetter para una paga justa, que anula el límite de 180 días para demandar a una empresa por discriminación de salario. Con ello se ponía a la altura de John F. Kennedy, que en 1963 prohibió la discriminación salarial contra las mujeres, y aún promete llevar ese legado un peldaño más arriba haciéndolo realidad. Las mujeres de EE UU cobran una media de 77 centavos por cada dólar que ganan los hombres en el mismo puesto. Y esto, dijo Obama en el segundo debate, «no es un problema de mujeres, sino un problema familiar».

A las damas les gustó ver en el presidente al adalid de su causa. Mientras Mitt Romney insistía en que lo que les preocupaba era la economía y el empleo, como al resto de la población, el 55% de las mujeres, que representan la mayoría del electorado, han votado por Obama. La campaña descubrió también que las mujeres de entre 40 y 49 años eran con mucho las más propensas a abrir la mano. Fueron estas las que más donaron para la cena de recaudación en casa del actor George Clooney, que proporcionó la friolera de 15 millones de dólares. Por eso se eligió la casa de la actriz Sarah Jessica Parker en el West Village neoyorquino para la siguiente gran recaudación de fondos. Entre las celebridades que aceptaron el papel de gancho destacan las actrices Maryl Streep y Eva Langoria, la editora de Vogue Anna Wintour, la cantante Aretha Franklyn y el diseñador Michael Kors, que vistió de seda a la primera dama la noche del martes.

Contra las féminas

El mérito no fue solo de los estrategas demócratas, sino de la ultraderecha republicana que se enfrentó a las mujeres con sus propuestas antiabortistas, su oposición a los anticonceptivos, a la planificación familiar, a las subvenciones para lactancia, a la aberrante noción de que existen violaciones legítimas e ilegítimas y que en cualquier caso son voluntad de Dios. Con ello a los demócratas no les costó difundir la noción de que habían declarado «la guerra contra las mujeres». En la convención demócrata tuvo un papel de honor en la agenda Sandra Fluke, la estudiante de Georgetown a la que el comentarista de radio de más audiencia del país llamó «puta» por declarar en el Congreso a favor de la inclusión de anticonceptivos en los seguros médicos. Su papel en la campaña atrajo a las más jóvenes y contribuyó a que los demócratas hayan enviado al Congreso más mujeres que nunca, 61 en la Cámara Baja y 17 en el Senado, donde por primera vez representan un quinto de la cámara.

La senadora republicana Susan Collins, más moderada que muchos de sus correligionarios, declaró ayer sentirse frustrada por «el mito» de que su partido esté en contra de las mujeres. Su promesa es trabajar para enviar un mensaje «más positivo» a este grupo que supone la mayoría de la población. Cecile Richards, fundadora de Planned Parenthood, a la que los republicanos intentaron retirar los fondos públicos a pesar de proporcionar la mayor parte de sus servicios en mamografías y otras pruebas de salud, se congratuló del «potente e inequívoco» mensaje que han mandado las urnas.