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Los católicos dividieron su voto en las urnas

BILBAO. Actualizado: Guardar
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El reelegido presidente de EE UU, Barack Obama, logró el 50 % del voto católico, religión que profesa su vicepresidente, Joe Biden, y también el aspirante republicano Paul Ryan -idolatrado en el movimiento Tea Party-, y el 48 % apoyó a Romney. No obstante, el exgobernador de Massachusetts obtuvo el 57 % del apoyo de los protestantes, que en conjunto suman la mayor confesión en el país, mientras que Obama consiguió el 48 %. Una parte importante del electorado católico desoyó las recomendaciones de muchos obispos que lanzaron mensajes, algunos velados, contra la gestión del Gabinete de Obama, y apostaron por el antiguo misionero mormón, que, de haber ganado, habría disparado las conversiones a este credo, genuinamente americano.

El Pew Forum on Religión and Public Life certifica, en un informe publicado ayer, que los católicos hispanos son quienes más han respaldado a Obama, un 75% frente al 21% que apoyó a Romney, tres puntos más del porcentaje que acaparó el líder demócrata hace cuatro años. Este travase de votos se repite en el caso de los protestantes, pero a favor del candidato republicano. El inquilino de la Casa Blanca, sin embargo, ha perdido un 7% de los sufragios de los católicos blancos. La conclusión es que el voto católico se ha dividido a partes iguales.

Tanto el Papa como la jerarquía católica norteamericana han felicitado a Obama por su victoria. El presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense, Timotthy Dolan, se apresuró a felicitar al ganador para apremiarle a utilizar su puesto «en defensa de los más vulnerables, incluidos los inmigrantes, los pobres y los embriones».