LA CARA Y LA CRUZ DEL FÚTBOL

Fin de semana pasado por agua el que nos tocó vivir. A algunos no les sentó nada bien el chaparrón, y sin embargo a otros les ha servido de gran refresco. Los nubarrones descargaron truenos, rayos y centellas sobre el cielo de Carranza y el Cádiz, según leo en las crónicas, cuentan por la radio y se aprecia en los resúmenes, hizo un soberano ridículo.

Motivo por el cual su mánager deportivo, Alessandro Gaucci, salió a dar la cara ante los medios y a dejar titulares que deben obligar a la reflexión. Este espacio del que disfruto es para opinar, y en esas estamos. Por eso, pese a lo visto, sigo manteniendo la misma postura respecto a la más que cuestionada plantilla del Cádiz. Estoy convencido de que tiene mimbres para terminar entre los cuatro primeros, que el ascenso ya es otro cantar. Si los que están son capaces de dar el nivel que tienen, este mismo equipo, el de ahora, está capacitado para disputar el 'play off'. Eso sí, en diciembre habrá que corregir algunos errores que se cometieron en verano, y si los que están no son capaces de aislarse del entorno y dar lo mejor de sí mismos, entonces sí habrá que hacer algunos cambios más importantes.

Donde yo no movería ni la orientación del banderín del córner es en el San Fernando. A los de Masegosa el agua del cielo les cayó como una bendición. Con la primera victoria conseguida en Bahía Sur el conjunto azulino se dispara, mira desde lejos los puestos de descenso, que es lo que verdaderamente importa a estas alturas, y lo mejor de todo, rompe la barrera mental que significaba para jugadores y entrenador el hecho de no haber podido brindar un triunfo a los suyos. Ya llegó y ahora lo que toca es seguir con la ambición y la humildad de siempre, poco a poco con el paso firme y esperar que los que aún no han podido aparecer lo hagan pronto para sumar a un equipo isleño que apunta alto.