Economia

Una carrera de obstáculos

La estructura del sector de los carburantes y las barreras burocráticas impiden una efectiva competencia en la venta de combustibles Gasolineras de 'low cost' y de marca blanca buscan su hueco en el mercado

MADRID. Actualizado: Guardar
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Aunque en las últimas semanas el precio de los carburantes ha dado un respiro al consumidor (el precio medio durante la pasada semana fue de 1,39 euros por litro de gasolina 95 y 1,38 en el caso del gasóleo), sigue latente el debate sobre si en España se paga demasiado por llenar el depósito y si existe una competencia efectiva en el sector. La discusión llegó a su apogeo en pleno verano, cuando los surtidores llegaron a marcar más de 1,50 euros por litro de gasolina. El Gobierno consideró esos precios «inasumibles» e instó a las operadoras a ajustar márgenes de beneficio. Éstas, por su parte, alegaban que ya lo hacían, y que eran factores exógenos los que disparaban el precio de los carburantes.

La Secretaría de Estado de Economía y apoyo a la Empresa encargó a la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) un análisis del mercado español de las gasolinas. En su informe, publicado el 15 de octubre, el órgano supervisor repartía culpas entre empresas petrolíferas y administraciones. Por un lado, llegaba a la conclusión de que las operadoras habían aumentado su margen bruto de beneficio un 20% entre 2007 y 2010. Por otro, decía que la propia regulación del sector y las trabas burocráticas dificultaban la competencia necesaria para rebajar el precio final.

Otro informe, realizado por el RACC, constata la concentración del negocio en unas pocas manos, fundamentalmente en las de Repsol, Cepsa y BP, que tienen el 55% de las gasolineras en España. En cinco provincias (Baleares, Soria, La Rioja, Lugo y Segovia), asegura el estudio, ese porcentaje se eleva por encima del 70%. Es ahí donde, a decir de muchas voces, radica el problema. «Creo que el informe de la CNC peca de cierto amarillismo cuando habla de un incremento del 20% en el margen bruto de beneficio de las petroleras. Si coges, por ejemplo, los 11 céntimos por litro de margen bruto que tenía Repsol en 2007, y los 14 céntimos en 2010, el porcentaje de ganancia sobre el precio de venta al público ha pasado del 12,3% al 11%. Sinceramente, no me parece que se hayan pegado la 'megaforrada'», asegura Joan Tarradellas, doctor en Administración de Empresas y profesor de EADA.

La Asociación de Operadores Petroleros (AOP) calificó de «injustas» y «carentes de rigor» las críticas de Competencia. «Se trata de confundir a la opinión pública acusándonos de subidas. Ni el Gobierno, ni ninguno de los organismos que lo han estudiado conocen exactamente el margen de los operadores en los distintos países de la UE», aseguró el presidente de la asociación, Álvaro Mazarrasa.

«Donde sí creo que hay un problema de fondo es en las estaciones de servicio. Ahí hay muy poca competencia. El informe de la CNC lo dice claro: hay muchas zonas con escasez de estaciones de servicio. Por ahí es por donde debe atacar», matiza Tarradellas.

Hace unos días, Competencia rechazó una petición de la patronal de transportes Fenadismer que solicitaba la apertura de un expediente sancionador a las petroleras por «presuntas prácticas colusorias restrictivas de la competencia». El supervisor justificó su negativa con el argumento de que las «características estructurales del mercado español de carburantes facilitan situaciones restrictivas de la competencia no necesariamente derivadas de comportamientos de los operadores contrarios a la normativa».

En su análisis, la CNC enumeraba los factores que a su juicio limitan el grado de competencia en el sector. Barreras que afectaban, en primer lugar, al segmento mayorista del mercado. En concreto, a la «dificultad de establecimiento y puesta en marcha de nuevas refinerías y, sobre todo, con la regulación del acceso a las infraestructuras de almacenamiento y transporte», en manos de CLH. Y aporta un dato: la última refinería construida en España data del año 1970.

Abrir gasolineras

En cuanto al segmento minorista, Competencia advierte de que la apertura de nuevas estaciones de servicio en entornos urbanos «sigue siendo enormemente complicada». Los procedimientos administrativos de concesión de licencias pueden prolongarse demasiado tiempo (hasta más de un año). Además, «los ayuntamientos siguen disponiendo de numerosos instrumentos con los que controlar o retrasar la apertura de gasolineras en sus términos municipales, y tienen incentivos a que dicho control restrinja la oferta de estaciones de servicio», critica la CNC.

En cuanto a las gasolineras de carretera «es frecuente encontrar encadenamientos de estaciones de la misma bandera a lo largo de una determinada carretera». El supervisor critica el «insuficiente intento de fomentar la competencia por parte del Real Decreto-Ley 15/1999», que pretendía favorecer la adjudicación por concurso de gasolineras cuyos suministros no fuesen realizados por la misma operadora de las estaciones de servicio inmediatamente anterior o posterior.

«Los concursos públicos convocados para gasolineras por las diferentes administraciones casi siempre se los llevan los mismos, porque hay una serie de condicionantes que sólo los cumplen los grandes», apunta Jaume Piñol, propietario de todoestacion.com, portal especializado en la planificación, gestión y supervisión de gasolineras. Según sus estimaciones, el 90% de las estaciones de servicio está en manos de los principales operadores. El resto corresponde a las gasolineras libres o de marca blanca. Se trata de estaciones de servicio que, independientemente de que compre el combustible a los grandes operadores, luego fija los precios que considera oportuno.

Por el contrario, las gasolineras con contrato de abanderamiento con las principales petroleras apenas tienen margen para jugar con los precios. Las marcas ponen su sello e incluso parte de la infraestructura, pero a cambio obligan al concesionario a cumplir requisitos que restan margen de explotación: tarjetas de fidelización que penalizan las ganancias, promociones que deben asumir de forma solidaria ambas partes, etc. Sin contar las recomendaciones de precios, una práctica que la CNC también señala.

Pese a los obstáculos, las gasolineras independientes luchan por hacerse hueco en el mercado, que ha acogido otro tipo de estación de servicio: las 'low cost', puntos de venta con apenas dos clases de combustible (los más demandados), que no tienen personal y en el que el usuario se cobra a sí mismo a través de tarjeta. Sus precios son mucho más competitivos: la diferencia respecto a una 'normal' puede llegar a los 10 céntimos por litro. «La tendencia va por ahí. Y las grandes petroleras no van a tener más remedio que mover ficha», augura Piñol.