Málaga, 2011: 300 kilos en un golpe maestro

A diferencia del robo perpetrado en Cádiz, donde a priori no se observan detalles que hagan sospechar que la autoría es obra de una banda muy especializada, en Málaga se vivió un episodio similar en noviembre del año pasado. 300 kilos de estupefacientes, en su mayoría cocaína y alguna partida de heroína, se esfumaron literalmente del almacén malagueño. Este asalto parece firmado por especialistas porque apenas dejaron huellas. Pese a que la cámara acorazada donde se guardan los alijos en la ciudad vecina cuenta con importantes medidas de seguridad como sensores de movimiento, alarma y cámaras de vigilancia, los ladrones inutilizaron todas estas medidas antes de acceder a la droga. Por no dejar, los ladrones se llevaron hasta el disco duro donde quedaban registradas las imágenes captadas por la videovigilancia. Esta sucesión de robos cometidos en Andalucía, en instalaciones que deberían estar fuertemente vigiladas, han creado un profundo malestar entre los propios agentes de la Policía Nacional. Como indicaba ayer el portavoz del SUP, «estos robos generan indignación y frustración porque en cierta forma es trabajo perdido. Los funcionarios luchan a diario por sacar la droga a la calle y no se ponen suficientes medidas para cuando está a buen recaudo que no regrese de nuevo a la calle». Casi un año después, el robo de Málaga no se ha esclarecido.