Las educadoras, con formación en estilismo, peinan y maquillan a las niñas de forma divertida. :: L.R.
EL PUERTO

Una escuela de princesas

La franquicia combina el juego en un ambiente de casa de muñecas con la educación en hábitos saludables y buenos modales para las niñas Princelandia, nuevo concepto de ocio infantil, abre en Bahía Mar

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«Una estrellita para Inés, y una mariposa para Paloma». Las niñas, de cinco y siete años, no dan crédito a verse metidas en su propia casa de muñecas. Un salón de belleza como el de sus juegos, pero a escala humana. En la sala de 'spa' de Princelandia se les hace la manicura y la pedicura, pero también se las enseña a no morderse las uñas. Después, en los tocadores, vuelan las trenzas y las coletas enroscadas con plumas de colores, pero también se las instruye en una alimentación sana, en la que no deben faltar las frutas y verduras. Unos consejos de hadas buenas de pelo rosa y con tutús.

Son las cuatro animadoras -educadoras con formación en estilismo- que trabajan en este nuevo concepto de ocio infantil pionero en la provincia. Le acompaña el establecimiento de San Fernando, que también abrió sus puertas recientemente. «No las tratamos como adultas ni les damos apariencia de mayores. Son niñas que vienen a jugar y al mismo tiempo les enseñamos hábitos saludables». Mariana Suar, maestra de educación infantil, es la gerente de la franquicia, que ocupa 260 metros en el centro comercial Bahía Mar. La estancia se distribuye entre el recibidor, el salón de belleza -con una pequeña pasarela para que las niñas desfilen ante sus padres con disfraces de princesas- y un comedor para celebrar cumpleaños que incluye una sala de karaoke.

«Esto no tiene nada que ver con los concursos de belleza de niñas. En el colegio intentamos sacar lo mejor de cada una y aquí también. Les enseñamos que se pueden divertir, respetando unas normas de convivencia, y también los buenos modales en la mesa». El comedor también está abierto a los 'babyshower', una costumbre americana en la que la futura mamá recibe los regalos de sus amigas.

La acogida, de momento, ha sido buena, y ya hay reservas de cumpleaños incluso en el próximo enero. «Vivimos un momento en que se invierte mucho en ocio infantil. Los padres trabajamos y esto se ha convertido en un servicio más. Y en el caso de Princelandia, es algo diferente». Las tarifas oscilan entre los quince y los veintiún euros por niña.