Diecisiete paneles informativos están distribuidos por la ruta. | LA VOZ
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Las casas viñas se cuelan en las agendas de los turistas

La ruta turística por los caminos rurales de la carretera de Jerez captan centenares de visitantes interesados en la cultura vitivinícola

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Los viñedos, las casas viñas, y la cultura vitivinícola que impregna el entorno rural de la carretera de Jerez figuran ya en las agendas de centenares de visitantes. Algunos ya han catado el patrimonio vinculado al vino que late en El Puerto. Otros lo tienen en mente como una cuenta pendiente y una alternativa al ocio de sol y playa. Por lo pronto ayer fueron alrededor de cincuenta personas las plantaron cara al calor para darse cita en la venta El Cepo, desde donde partió la caminata a pie por el itinerario del pago La Balbaína.

La ruta, que ha gozado de una gran acogida entre senderistas y ciclistas, se extiende por unos ocho kilómetros, a través de los caminos de El Tejar, Barceló, El Término y Araníbar. Durante el recorrido los participantes pudieron conocer la arquitectura de las propias casas viñas, así como detalles sobre sus orígenes y pasado y en definitiva su historia, muy vinculada al desarrollo de los vinos del Marco de Jerez. Los expertos también explicaron las características del terreno, fundamentalmente formado por tierra albariza, y el entorno del pasaje vitivinícola. Como ya sucediera en las visitas realizadas el pasado julio, varios propietarios de casas viñas, en concreto de La Rosa, La Espartera y La Magdalena, abrieron amablemente sus puertas para que los visitantes no se quedaran solo en la superficie y también pudieran conocer el interior de las casas. Un gesto que fue agradecido por la edil de Patrimonio Histórico, María Antonia Martínez.

La ruta de las casas viñas es una actividad promovida por la citada concejalía en colaboración con Fomento, desde donde se movieron los hilos para propiciar el arreglo de los caminos rurales que discurren por este enclave y que conforman una ruta de casi once kilómetros.

De necesidad a oportunidad

La idea surgió a raíz de una necesidad, la de arreglar los caminos rurales para facilitar el trabajo a los agricultores. Pero se ha convertido en una oportunidad para generar turismo y empleo, que además muestra la estrecha relación entre la economía portuense y el cultivo de la vid. Diecisiete paneles informativos documentados por el personal de Patrimonio Histórico exponen a los visitantes las claves económicas e históricas de la cultura vitivinícola.