La calle no está con la huelga

La Tacita ya no es tan de plata. Ayer, a dos días de la huelga de basuras, el conflicto ya se hizo perceptible tanto a la vista como al olfato. Calles sucias, papeleras a rebosar y contenedores llenos es la imagen que devuelve una ciudad en la que ayer se acumulaban en torno 100 toneladas de basura. Esa es la estimación que realizó ayer el comité de Sufi-Cointer. Por su parte, el Ayuntamiento contabilizó unas 80 toneladas de desperdicios acumulados y 40 recogidos en servicios mínimos en el primer día de huelga. Cifras a parte, la imagen de la ciudad y su olor a un escaso día de que comenzara la Regata fue motivo de queja de hosteleros, comerciantes, vecinos y turistas. De hecho, pocos parecen comulgar con la huelga ( por el incumplimiento del convenio que cifraba para los trabajadores un ascenso en sus salarios del 4,4%). Para muestra un botón: ayer en una encuesta de lavozdigital.es, un 81,5% de los lectores se mostró contrario a la medida de protesta, frente al 18,5% que dijo estar a favor. La opinión tomada en la calle fue también otra muestra del descontento. Entre la comprensión y el rechazo, la preocupación es más que manifiesta al ver como el tren de la Regata puede pasar de largo por culpa de la basura.

Desde que Plocia se convirtió en uno de los referentes de la hostelería, pocas veces había mostrado la imagen de la mañana de ayer. Las terrazas convivían con bidones de basura y bolsas que, desbordadas, ocupaban la vía. Carmen Braza, propietaria del Restaurante Garum se mostraba preocupada y clara: «Hoy (por ayer), hemos aguantado con la terraza, pero mañana no sé qué vamos a hacer. El olor hará que nadie se siente». Con esas perspectivas y, si no hay solución la conflicto, Braza da la Regata por perdida. Y eso que en su establecimiento están cumpliendo con la petición municipal en la que se pedía que los locales llevaran su basura al Punto de Transferencia de Residuos. Una opción por la que se decantaron diversos gaditanos que, según el Ayuntamiento, optaron por llevar ellos mismos la basura hasta Zona Franca y en mostrar su colaboración ciudadana a la recogida.

Mientras, ayer continuaron trabajando los servicios mínimos de retirada de basuras en puntos como San Francisco o San Juan de Dios, los alrededores de los mercados y del Hospital. Lo hicieron cuatro camiones grandes y uno de menor capacidad escoltados por la Policía Nacional y Local. Para el día de hoy se incorporará un servicio de barrenderos.

En cualquier caso, en la calle guardan la esperanza de que el conflicto acabe pronto. Así lo esperan en el Hotel Senator, antes de que haya un problema mayor. En su caso, tal y como explica el gerente, Álvaro Gutiérrez, están almacenando la basura en una cámara refrigerada. «Cuando se llene podemos empezar a tener un problema de salubridad», reconoció con evidente preocupación. Eso por no hablar de la repercusión «muy, muy negativa para el turismo». «El turista no entiende las razones o motivos, solo ve que la ciudad está sucia y esa imagen se la lleva», reconocía Gutiérrez. Exactamente lo que pensaba Lucy Lea França que visitaba la ciudad por primera vez junto a Juan Carlos de la Parra. La visitante fue clara: «Es lo peor que le puede pasar a una ciudad porque la imagen que nos llevamos es muy mala. Se nota que los gaditanos están sufriendo con esto así que espero que las partes lleguen pronto a una solución».