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RESURRECCIÓN

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No van a ser siempre los mismos los que resuciten. Algunas películas son muy aburridas, siempre sabes que al tercer día ocurrirá lo mismo. No tiene gracia.

Sí tiene mucha más gracia otra resurrección que se está produciendo de forma mucho más callada y es la de los jereces y las manzanillas. Aunque las cifras de las ventas de vinos siguen dando disgustos creo que poco a poco el público joven de aquí, se está acercando a los vinos de la tierra, entre otras cosas porque tiene mucha y mejor información sobre él y ya se sabe que tener más información sobre algo te hace amarlo. o tirarlo por los bloques del Campo de Sur, depende.

En Jerez ha abierto un nuevo tabanco, El Guitarrón de San Pedro. Se une así al de Plateros que abrió el año pasado. Los tabancos son una tabernitas muy propias de Jerez en las que se vende vino a granel para llevar y donde se puede tomar uno una copa directamente sacada del barril, con alguna tapita.

En los tabancos el vino se vende a un euro el copazo, no más, y te ponen una tapita barata, lo que no significa que esté falta de calidad porque la tortilla del Tabanco San Pablo, otro de los grandes de Jerez es para brindar con un oloroso de esos de 50 años que te lo pones en la nariz y ya eres feliz para una semana.

Los tabancos van a crear ahora su propia ruta para que se les conozca más. El fenómeno más importante en torno a ellos, además de que se está recuperando una señal de identidad de la ciudad, es la amplia presencia de jóvenes en los establecimientos que, además, toman sus copas.

Pero a esta resurrección de los tabancos hay que sumar el fenómeno más que interesante que está ocurriendo en Sanlúcar con los mostos, el vino salvaje, el que se toma antes de que se haya domesticado en las botas para convertirse en manzanilla. Con el mismo argumento, copas a 60 céntimos y tapas baratas y buenas el éxito con el público también ha sido arrollador.

A estos dos fenómenos hay que unir otra apuesta que están realizando las propias bodegas que toman posiciones en lo que ahora se llama el turismo gastronómico. El camino emprendido en su día por González Byass está siendo ahora seguido por otras firmas que están apostando por explicar a la gente el vino de Jerez, porque así, luego, lo comprenderán y lo apreciarán mejor. A ello hay que unir que la nueva generación de cocineros y camareros, muchos de ellos estupendamente formados en las escuelas, está haciendo que en las cartas de los establecimientos se apueste por los vinos de la tierra. Creo que aquí, hay que agradecer y mucho la labor que están haciendo los profesores.

En definitiva la Resurrección está en marcha y los jereces han dejado de ser una especie en peligro de extinción, para convertirse en una especie en vías de expansión.un copazo.