De artistas y veletas

Este domingo cuando terminó el partido del Cádiz contra el Castilla sentí bastante pena, sobre todo por su entrenador.

Al retirarse a vestuarios, había algunos seguidores que le increpaban y hasta le arrojaron agua. Qué gran verdad es la que dice que las victorias tienen muchos padres y las derrotas son huérfanas, pensé.

Pues sí, en el carnaval al igual que en la vida, pasa igual. Si ganas, todos te siguen y dicen que eres grande. Si pierdes, empiezan a buscarte errores y a cambiar de grupo. En un abrir y cerrar de ojos pasas de héroe a villano, de ser un genio a que te falte ingenio. Vas saltando de un nivel a otro como en un videojuego, donde el prestigio lo ganas al obtener las metas y lo pierdes cuando no las consigues. En esto se han convertido hoy, salvo excepciones, los grupos de nuestros coros, comparsas y chirigotas. Los cuartetos no pueden elegir mucho. La mayoría solo sacan pecho por su autor cuando está en la cima, pero si ven que un año no da con la tecla o no tiene una buena racha ya no es lo mismo. Enseguida se le 'abren las carnes' cuando otro autor le solicita sus servicios o ve una posibilidad de cambio.

Muchos piensan que el dinero es quien los mueve, si hablamos de comparsas y chirigotas tal vez, pero en coros es imposible. Otros dicen que no encuentran su sitio, que no es su ambiente, puede ser. Yo digo que es el maldito protagonismo.

El protagonismo en el concurso está haciendo mucho daño a los grupos. Hay mucha gente veleta que no soporta estar en segundo plano y siempre quiere ganar y ganar, remando para ello hacia donde más le convenga. Buscan cada año en donde puedan lucirse más y en qué grupo tendrán más posibilidades de éxito, sin importarle por su resultado vaciar de su mente los recuerdos vividos en común con un autor o compañeros.

La lealtad, la amistad y tantos valores plañideros que sirven para hacer homenajes y coplas a los que se mueren, en muy pocos casos se demuestran a los vivos.