Griñán, durante una reciente reunión del comité director del PSOE andaluz. :: JUAN FERRERAS. EFE
ANDALUCÍA

Griñán anuncia que también reducirá la estructura periférica de la Junta

«No habrá más cuota que el mérito, la capacidad y el compromiso», dice sobre el perfil de los consejeros

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Griñán esbozó ayer ante su partido las líneas generales de su gobierno, aunque no concretó la estructura que tendrá este ya que las conservaciones entre PSOE e IU sobre el reparto de áreas continúa. El candidato a presidir de nuevo la Junta anunció ante el comité director del PSOE andaluz que el nuevo gobierno de coalición con Izquierda Unida tendrá «una estructura menor» tanto en la administración central de la Junta como la periférica. El objetivo es que sea «eficiente, austero y operativo desde el primer momento». El comité aprobó el programa conjunto con IU y la coalición con esta formación.

Griñán ya había avanzado que reducirá consejerías. Se habla de pasar a 10 u 11 de las actuales 13. Con la anterior frase además retoma una vieja aspiración, la de hacer más pequeña la estructura de las delegaciones provinciales. Lo dejó entrever en su discurso de investidura de 2009, pero luego no lo llevó a la práctica. Si lo hace esta vez deberá ponerse de acuerdo con Diego Valderas. Si hay menos delegaciones que consejerías, IU también quiere su cuota alícuota.

Sobre el perfil de los consejeros dijo que serán «personas experimentadas en cada función». «No habrá otra cuota que la del mérito, capacidad y compromiso con Andalucía», remarcó. Un mensaje con un aviso en clave interna del PSOE. Griñán no quiere presiones sobre cuotas provinciales o de familias socialistas. Entre otras razones porque son pocas las consejerías y no va a haber para contentar a todos. Quiere manos libres en la composición del Gobierno, aunque sabe que las presiones internas del PSOE serán inevitables.

Alianza con IU

Sobre la alianza con IU, Griñán se explayó en elogios hacia esta fuerza política. «Se ha comportado como una fuerza política responsable, solvente y leal», dijo sobre la negociación. Respecto a la futura coalición de ambos seguró que será un gobierno «cohesionado» y con los mismos objetivos, la defensa de los «mismos intereses» y con «un único programa». «Será una coalición con los ocho millones de andaluces». Palabras todas con las que quiere disipar el fantasma de la bicefalia con el que ya le asusta el PP.

Griñán vaticina que habrá muchas miradas sobre la alianza PSOE-IU en Andalucía y que esta será una «voz disconforme» y «una alternativa clara» frente a las políticas de «recortes de derechos» del Gobierno del PP y frente a la obsesión por el déficit de la Unión Europea. Como Diego Valderas, se muestra optimista con que cambien las cosas si gana Francoise Hollande en Francia y se incentive el crecimiento económico.

Griñán reiteró la oferta de mano tendida y colaboración institucional con el Gobierno popular, pero también advirtió de que se defenderá «hasta la extenuación» los proyectos andaluces. En este aspecto, criticó la reforma laboral y los recortes en sanidad y educación.

El primer comité director del PSOE tras las elecciones del 25M se celebró en el mismo hotel que el de la noche electoral. Griñán reconoció que el PSOE ha perdido por primera vez unas elecciones en Andalucía y que el PP ha ganado, pero volvió a convertir la derrota en un canto de victoria gracias a que los populares no han obtenido mayoría absoluta.

Este hecho Griñán lo atribuye a su acierto personal por haber convocado las elecciones separadas de las generales. «No nos dejamos llevar por tsunamis ni por mareas», señaló en referencia al PP. Para el dirigente de los socialistas andaluces el 25M ganó la izquierda «contra todo pronóstico» y deploró que esto se viera como una transgresión. También criticó los insultos a los andaluces por ganar la izquierda. En un tono más exultante que otras veces tras el 25M, quizás por tener ya amarrada la coalición con Izquierda Unida, se atrevió a señalar que se trata de «una oportunidad de oro» para confrontar las políticas de progreso con las de la derecha. «No es inexorable sacrificar derechos sociales para salir de la crisis», sentenció.