EL CANDELERO

EL VIVO REFLEJO

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Dicen que es de los más listos de su clase, que es un líder entre sus compañeros, que juega mejor que nadie al fútbol. Dicen también que se porta magníficamente bien, que es obediente y está muy bien educado, que es guapo y tiene loquitas a las niñas. Es de Cádiz, le gusta el carnaval y todavía repite alguna letrilla de las últimas agrupaciones, le gusta el fútbol, el 'Barça' y siempre que puede acude al Estadio Carranza. Pero lo que quizás no se sepa es que además le gusta la Semana Santa.

Tiene una edad aún corta y es de esas personas que cuando les gusta algo, les gusta a rabiar. Lleva ya algunos años saliendo de penitente, ¿dónde?.....en la primera sección del Cristo, de «su» Cristo. Como cada año ha ido algo nervioso a recoger su túnica, pero guarda nervios, muchos nervios, un manojo grande, para cuando llegue el Viernes Santo. Su túnica negra, la capa blanca, el antifaz y el cíngulo rojos...y junto a su hermana y a su madre, sale hacia la Iglesia. Esperará, formará la fila y su tío irá a verle.

Sabe lo que es pasarlo mal porque la lluvia no te permita efectuar la salida procesional aunque no comprenda muy bien porqué se actúa así. Si el Hermano Mayor dijo que a casa se volvía con el capirote puesto, a él no se lo quitaban por nada del mundo. Sabe lo que hace y porqué lo hace; tiene de quiénes aprender.

Este año para él es especial, distinto al anterior y al que viene porque sin darse cuenta se está haciendo un cofrade; no en vano está haciendo un mural de su Cofradía. Acribilla a preguntas durante todo el año, preguntas sobre su Hermandad, sobre otras..muchas son bastante complicadas de contestar, otras sólo se explican desde el corazón. Si su tatarabuela y su bisabuela lo viesen, estarían orgullosas de él y de su hermana. De ella tuve ocasión de hablar hace unos años.

Es el vivo reflejo de la pervivencia de nuestra Semana Santa, de nuestras Cofradías, de la transmisión de la fe en definitiva, de padres a hijos. Quizás de las cosas más hermosas de apreciar en nuestras Hermandades. Él es sólo un caso más pero lo va a hacer bien, muy bien, estoy convencido de ello.

Por cierto, se llama Javier Rodríguez, tiene 11 años y es mi sobrino. Un ángel.