Bruselas no suavizará el límite de déficit hasta conocer los ajustes

Bruselas rechazó ayer una revisión exprés del límite de déficit fijado para España. El comisario de Economía, Olli Rehn, insistió en que el Gobierno de Mariano Rajoy todavía tiene tareas pendientes antes de que pueda suavizar la cifra que marca la profundidad de los recortes. El responsable finlandés recordó que necesita información pormenorizada de las razones de la desviación del año pasado y las medidas que se incluirán en los Presupuestos para remediar la situación. El Ejecutivo del PP, en cambio, confía en que esta semana se modifique el tope en consonancia con sus planes para presentar el viernes el techo de gasto de las administraciones públicas.

Rehn dejó clara su posición al responder una pregunta de la líder popular en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho. En un acto del Parlamento Europeo, el comisario de Economía subrayó que lo «primero» que quiere examinar son las «razones» del desfase presupuestario de 2011. Aunque España se había comprometido a reducir el déficit por debajo del 6%, el Gobierno anunció el lunes que la desviación se había disparado al 8,5%. En 2012 el tope está en el 4,4%, umbral que el Ejecutivo busca suavizar porque obligaría a un ajuste de 40.000 millones.

El responsable económico agregó un segundo requisito: los recortes que aplicará el Gobierno en este ejercicio. «Necesitamos la información completa del proyecto de Presupuestos y de las medidas concretas de consolidación fiscal», remarcó Rehn. Solo cuando esa información esté en Bruselas el Ejecutivo comunitario podrá determinar si España «está tomando medidas efectivas» y retocará el objetivo de déficit. Con estas exigencias sobre la mesa, la decisión europea podría retrasarse hasta finales de marzo, momento en el que el gabinete de Rajoy presentará sus cuentas.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, abrió la puerta a la agilización de los plazos, pero no ofreció signos de que la revisión pueda cerrarse esta semana. El primer ministro luxemburgués, que encabeza las reuniones de los titulares de Finanzas, explicó que mañana se abordará por primera vez la cuestión. Los ministros del ramo aprovecharán una cita convocada para analizar el segundo rescate griego para estudiar las desviación del déficit en 2011, circunstancia que Juncker atribuyó «al derrape de las comunidades autónomas». «Vamos a examinar con calma y serenidad la situación», indicó.

Rumbo «muy firme»

El luxembugués destacó la importancia de que España «no dé la impresión de que desea ignorar los compromisos». A renglón seguido, restó crédito a esta posibilidad al aclarar que «el Gobierno se ha mostrado muy firme en su intención de mantener el rumbo» de los ajustes. Aunque la opinión de la Comisión es clave para retocar el déficit, la decisión final queda en manos de los socios. Al margen de la reunión de mañana, los ministros de Economía volverán a verse el 12 de marzo, cuando podrían materializarse las aspiraciones españolas.

Y mientras Europa demanda al Gobierno más información sobre sus planes, en España los responsables económicos cada vez tienen menos reparos a la hora de admitir sus presiones para lograr una relajación del déficit. El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, defendió que el techo del 4,4% se fijó en un entorno distinto, que auguraba una expansión del PIB del 2,3%. Ahora, las últimas estimaciones apuntan a una contracción de entre el 1% y el 1,7%. «No es el mismo resultado el que se puede tener cuando hay una previsión de crecimiento de la economía que cuando hay decrecimiento», subrayó.

Beteta anunció que el Gobierno ultima el techo de gasto para las administraciones públicas en 2012, que servirá como base para los Presupuestos. La cifra, que deberá incluir la previsión de déficit para el ejercicio, será aprobada el viernes por el Consejo de Ministros. «La lógica de las cosas hará que las instituciones comunitarias y el Gobierno alcancen un acuerdo», anticipó el secretario de Estado pese al claro mensaje de Rehn. A su juicio, Bruselas definirá de inmediato el nuevo límite una vez conocida la liquidación del año pasado. «En cuatro días se sabrá la cifra», zanjó.

En clave doméstica, la publicación del déficit desató una tormenta política y mutuas atribuciones de culpas entre anteriores y actuales gestores públicos. Todos coincidieron, no obstante, en que la desviación de 2011 obligará a un esfuerzo «que no tiene precedentes», en palabras del portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que recortar el déficit es «una necesidad» y negó que el Ejecutivo prepare una nueva subida del IVA.