Economia

Pastor renuncia a privatizar Aena hasta que amaine la tormenta que viven los mercados

MADRID. Actualizado: Guardar
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La ministra de Fomento, Ana Pastor, toma los mandos de Aena con una decisión firme, la de renunciar a la privatización parcial del ente público puesta en marcha por el anterior Gobierno. No es momento para malvender Barajas y El Prat, tal y como están los mercados, y, a su juicio, es necesario «poner en valor» la empresa antes de buscar capital privado que entre en el accionariado.

Esa puesta en valor pasa por ganar presencia internacional, bien a través de concursos de gestión fuera de nuestras fronteras, bien mediante la venta del 'know how' con que cuenta la que ya es la primera firma del mundo en pasajeros gestionados y el cuarto proveedor de navegación aérea de toda Europa.

Pastor ha puesto ya a trabajar a su gabinete, con José Manuel Vargas como nuevo presidente de Aena a la cabeza, en la elaboración de un plan de negocio a medio y largo plazo. La premisa, apuntó la ministra, es transformar el actual modelo de la empresa, de la que se buscará la máxima eficiencia. Y un aviso a navegantes: para el Gobierno, Aena vale más en conjunto que troceada. «Las condiciones actuales de los mercados son claramente desfavorables y desaconsejan la continuidad del proceso, pues podría provocar que se redujera el número de ofertas competitivas e incluso el precio a ofertar por ambas concesiones», dijo ayer Pastor, para añadir que de haber seguido tal y como estaba planteada la privatización se hubiera deteriorado de forma «irremediable» la imagen de la empresa.

Incertidumbres

El diseño elegido por el anterior Ejecutivo se encontró con un mercado plagado de incertidumbres, en el que cualquier eventual interesado pujó siempre a la baja, apoyado en la idea de que los bancos no ofrecían la financiación suficiente y que la rentabilidad del proyecto era más que dudosa. A las empresas, además, tampoco les convencía aquello de participar de forma minoritaria; «si ponemos el dinero queremos mandar», reconocía un ejecutivo de uno de los siete consorcios que se interesaron por Barajas y El Prat.

El proceso iniciado ahora pasa por analizar la rentabilidad de cada aeropuerto, dentro de un modelo en el que Pastor tiene previsto dar cabida a las comunidades autónomas para que estas participen en las decisiones estratégicas más importantes que afecten a las instalaciones de su territorio.