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Condenan a nueve miembros de una familia por fingir accidentes

La Audiencia les ha impuesto penas de nueve meses a tres años y medio, y les obliga a devolver el dinero a los seguros

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La familia Reyes podría ser una de las más desafortunada de Chiclana: sus miembros sufrían constantes accidentes de tráfico y estaban continuamente en rehabilitación por dolores cervicales, originados en los siniestros. Una sentencia de la Audiencia Provincial de Cádiz considera, en cambio, que todos estos accidentes y los síntomas de lesiones (o al menos muchos de ellos) eran falsos y ha condenado a nueve de ellos a penas de prisión que van de nueve meses a tres años y tres meses.

Juan R. R., uno de los sentenciados al mayor número de años, fue también el familiar que sufrió más accidentes. Según recuerda la sentencia, fue protagonista de al menos diez siniestros en apenas cinco años, y siempre se quejó de la misma lesión: esguince cervical. Con todo, en el juicio solo se le juzgó por dos accidentes, ocurridos en marzo y septiembre de 2005. En el primero, el tribunal considera probado que Juan, que iba acompañado en el coche por los acusados Daniel F. R., Antonio R. R. y uno de los Pedro R. R. (había tres procesados con este nombre), aceleró para provocar un choque con un vehículo que salía marcha atrás. Cada uno cobró 1.745 euros.

En el segundo accidente, en cambio, Juan no tuvo la culpa, pero simuló supuestamente «un latigazo cervical», a pesar de que el impacto fue «tan leve que el vehículo solo tuvo simples arañazos», recuerda la sentencia. Por si fuera poco, Juan mintió supuestamente en la denuncia y aseguró que en el coche, además de él y su primo Pedro R. R. (el mismo que el del accidente anterior) viajaba también su madre, Francisca R. J., que dijo haber sufrido lesiones. Todo era presuntamente falso. En este caso, el juez que iba a juzgar el siniestro, archivó el caso al detectar el supuesto engaño y los acusados no cobraron.

En el juicio a la familia Reyes se analizaron al menos otros dos accidentes sospechosos, ocurridos también en 2005: en uno, otro Pedro R. R. -de los tres acusados- chocó levemente con el vehículo de una mujer que esperaba en un 'stop'. También en este caso se hizo constar «de forma mendaz» dos ocupantes que supuestamente no estaban presentes, que fingieron síntomas impropios de un golpe tan pequeño. Pero también este caso fue archivado. El último accidente fue protagonizado por el tercer Pedro R. R. (el mayor de los tres) y su esposa, que impactaron con un coche que salía de un aparcamiento. Según el tribunal, Pedro «se apresuró a colocarse justo a la altura del primero con el fin de simular un impacto a su marcha». El choque ni siquiera llegó a darse, pero Pedro y su mujer salieron de su coche y acusaron a la otra conductora con cajas destempladas de haberles golpeado. La otra mujer «para evitar problemas» decidió firmar el parte amistoso.

Las clínicas no denuncian

El abogado defensor de la familia pidió la absolución para los nueve y negó que hubieran fingido nada. Además, alegó que de haber habido engaño, las aseguradoras y forenses eran los encargados de descubrirlos y no lo hicieron, por lo que no habría delito. Sin embargo, la Audiencia recuerda no solo que los síntomas de esguince no se pueden detectar si no es por lo que dicen los lesionados, sino además, recuerda que a las clínicas de rehabilitación no les conviene detectar fraudes, porque cobran por atender a los pacientes.