Editorial

Una sentencia polémica

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La Audiencia de Sevilla dictó ayer sentencia condenatoria de veinte años de cárcel contra Miguel Carcaño por la muerte de la menor Marta del Castillo hace tres años en Sevilla, cuyo cadáver nunca ha aparecido. Los otros tres imputados -un hermano de Miguel, su novia y un amigo- han quedado absueltos por falta de pruebas. Otro tribunal de la misma Audiencia absolvió la pasada primavera a Javier García, 'El Cuco', que era menor cuando se cometió el crimen, del delito de asesinato y violación; solo fue condenado por encubrimiento. La sentencia, que sigue parcialmente la tesis de la fiscalía, considera probado que Carcaño mató a Marta con un cenicero y, tras comprobar que había fallecido, se deshizo del cuerpo con la ayuda de 'El Cuco' y de otra persona «desconocida». Al margen de la lógica frustración de los familiares de Marta del Castillo, la absolución de los supuestos cómplices y la condena de Carcaño solo por asesinato y no por violación -la inexistencia del cadáver ha dificultado probar ese delito- puede tener una sólida fundamentación jurídica, pero queda la amarga sensación de que la crueldad de no revelar el paradero del cuerpo ha terminado beneficiando a los juzgados y que la Policía y la Justicia han sido incapaces de evitarlo.