ESPAÑA

Interior ve improbable que ETA anuncie su final antes del 20-N

El Gobierno espera un comunicado antes de las elecciones en el que la banda insista en que deja las armas pero solo bajo sus condiciones

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil no tienen datos de que ETA tenga intención de anunciar su desaparición antes de las elecciones del 20 de noviembre. Los responsables del Ministerio del Interior, sin embargo, trabajan desde hace semanas con la hipótesis de que la organización terrorista irrumpirá en la campaña con un nuevo comunicado, en el que a grandes líneas confirmará su intención de dejar las armas y desmantelar su 'aparato militar', siempre que se acepten sus condiciones; esto es que el Gobierno admita la comisión internacional de verificación sobre su desarme, la amnistía para sus presos, y dos clásicos en sus demandas, el reconocimiento del derecho de autodeterminación del País Vasco y la anexión de Navarra.

Mandos de la lucha antiterrorista no quisieron confirmar ni desmentir los rumores que desde la semana pasada apuntan a que la organización terrorista tiene intención de reaparecer en breve con un comunicado o entrevista a un medio de comunicación internacional, como ya hiciera en septiembre del pasado año, cuando anunció en un vídeo enviado a la BBC su declaración de alto el fuego. En cualquier caso, señalan que es «muy probable» que ETA busque este mismo mes un «golpe de efecto» con vistas a las elecciones, sobre todo después de que la izquierda abertzale haya anunciado su intención de presentar candidaturas al Congreso y al Senado bajo la marca electoral de Amaiur. En esa línea recuerdan la insistencia con la que ETA apareció en escena durante los meses previos a los pasados comicios de mayo, en los que los independentistas radicales concurrieron con la coalición Bildu y cosecharon un éxito histórico.

Los expertos de Interior sostienen en que no ven lógico, dentro del análisis de los terroristas, que se produzca ya un anuncio del abandono definitivo de la violencia, pues ese comunicado dejaría a ETA sin instrumentos de presión sobre el Gobierno que salga de las urnas para una hipotética negociación, a la que los etarras no han renunciado en modo alguno a pesar de que tanto el PSOE como el PP han garantizado que no entablarán diálogo mientras ETA no decrete su fin.

Sea como fuere, las declaraciones este fin de semana del expresidente del PNV Xabier Arzalluz, en las que aseguraba que el final de ETA tendrá lugar «probablemente en días» y que no le cabía duda que la declaración definitiva se produciría mientras gobiernen los socialistas, volvieron a alimentar el debate sobre las intenciones inmediatas de la organización armada.

El Gobierno, con la información que manejan los servicios antiterroristas, se mostró muy cauto. El ministro de la Presidencia descartó que el anuncio del fin de ETA sea inminente. «No soy tan optimista, no creo que vaya a producirse un acontecimiento tan radical que ponga punto y aparte en esta página tan trágica de nuestra historia», explicó Ramón Jáuregui, quien no obstante reconoció que la banda se encuentra en un «camino sin retorno» hacia su desaparición «definitiva y para siempre». «Avanzamos de forma irreversible, tocamos con la punta de los dedos el fin de la violencia, pero esto no se materializará en un periodo tan corto, sinceramente», dijo el ministro en Radio Euskadi.

Sin fecha

Jáuregui dibujó un final de ETA mucho más difuso, sin un punto final claro. Habrá, aventuró, «persistencia de la existencia de la banda», de «una banda probablemente ya inoperativa, que va poco a poco dejándolo». «Una especie de panegírico final, de epílogo, aunque fuera retórico por su parte, sería una gran noticia, si fuese acompañada de la voluntad definitiva de abandonar la violencia para siempre. Pero creo que eso no se producirá de manera tan drástica», explicó.

El candidato socialista a la Presidencia, por su parte, dijo no tener información de un inminente anuncio de ETA sobre su fin, aunque es «evidente» que «está recorriendo sus últimos pasos». El final, por tanto, «está cerca». Pero de ahí a poner fecha hay un trecho. Alfredo Pérez Rubalcaba apuntó que cuando ETA tenía fuerza y apoyo social se podían «predecir» sus movimientos, pero ahora, cuando está «débil y boqueando», es difícil de aventurar qué va a hacer.

Lo que sí reclamó el líder socialista es mantener «la calma, la unidad y la firmeza» de los últimos años entre las fuerzas democráticas porque los últimos pasos de los terroristas «a veces son los más importantes» y no hay que equivocarse en el último momento. «Vamos a no fastidiarlo» ahora, reclamó. Declaraciones como las que hizo José María Aznar en la convención nacional del PP en Málaga son las que no contribuyen a conseguir una final exitoso de ETA, son «palos en las ruedas». El expresidente del Gobierno acusó al PSOE de «mendigar y suplicar» a los terroristas el comunicado final y, con esas palabras, según Rubalcaba, «no le hace un favor ni a su partido ni a su país».

Poco conciliadora se mostró trambién la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, que exigió al PSOE que «deje de hablar» como si el final de los terroristas estuviera a la vuelta de la esquina porque la realidad es que ETA «sigue funcionando».