El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ayer en la conferencia 'Grecia va mejorando'. :: ARIS MESSINIS / EFE
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La UE y sus socios exprimen a Grecia para evitar la hecatombe

Bruselas exige un impulso real a las privatizaciones y los recortes en el sector público para salvar de la quiebra a Atenas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La UE está dispuesta a exprimir a Grecia hasta arrancarle un compromiso definitivo con los ajustes. Pese a que el reloj corre y la quiebra de Atenas podría producirse a mediados de octubre, Bruselas no piensa aprobar la entrega del cheque salvador de 8.000 millones si el Gobierno heleno no impulsa las reformas, especialmente los recortes en el sector público y las privatizaciones. La Comisión, que encabeza la troika que negocia con el Ejecutivo de Yorgos Papandreu, insistió ayer en esta tesis antes de una teleconferencia de urgencia con Atenas para intentar desbloquear la situación.

Como ya sucedió hace tres meses, la UE y Grecia vuelven a asomarse al precipicio. La Unión tiene claro que las condiciones del rescate heleno -se trata todavía del primero porque el segundo no ha sido ratificado por todos los socios comunitarios- supeditan la entrega de cualquier tramo de ayuda a los avances en los recortes. En junio, la troika formada por la Comisión, el FMI y el BCE ya se encontró con los primeros recelos helenos y la situación se repite. Según Bruselas, Atenas no cumple lo pactado, mientras que el Gobierno de Papandreu defiende que con su economía hundida -el PIB caerá un 5% en 2011- no puede meter más la tijera.

El pulso entre la troika y Grecia llegó a un punto crítico a principios de este mes. Entonces, el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, anunció que les sería imposible rebajar el déficit al 7,5% este año. La delegación internacional hizo las maletas ese mismo día y ahora se intenta reconducir la situación. El Gobierno heleno dio paulatinamente un giro y aceptó intensificar los ajustes para reducir el desfase en las cuentas públicas. Así, anunció una serie de medidas como un nuevo impuesto inmobiliario para recaudar 2.000 millones de euros.

Sin embargo, a UE y sus socios en la troika no se han dado por satisfechos. Según la agencia Reuters, la nueva tasa helena solo lograría llevar a las arcas públicas la mitad del dinero calculado. Además, lo que quiere Bruselas ante todo es que el volumen de los ajustes se determine claramente con fechas de ejecución. La Comisión hizo ayer hincapié en el plan de privatizaciones, que apenas se ha puesto en marcha y este año debería aportar 5.000 de los 50.000 millones programados hasta 2015. La otra gran reforma a medio gas afecta al sector público, donde está prevista la eliminación de 150.000 puestos.

Con estas cartas sobre la mesa, los responsables de la troika iniciaron una serie de teleconferencias con Venizelos. El objetivo de los contactos pasa por verificar el compromiso de Atenas con los ajustes. Hasta que la delegación internacional no esté segura, sus integrantes no regresarán al país para finalizar su informe sobre el desembolso de los 8.000 millones. El 'Financial Times' aseguraba que el Gobierno tiene dinero hasta el 10 de octubre, lo que obliga a encontrar una solución en cuestión de días.

Fuga de capitales

En un intento de ganarse la confianza de la troika, Grecia anunció nuevos pasos en la lucha contra la evasión fiscal, otro de los frentes que más le agobian. El Gobierno indicó que investigará a todas las empresas y particulares que hayan sacado del país más de 100.000 euros desde 2009. La iniciativa busca reducir el número de defraudadores, pero también frenar la fuga de capitales. En la primera mitad de este año, 21.240 millones han salido de los bancos helenos, cerca de un 10% de los depósitos.

Pese al gesto griego con la evasión fiscal, la cumbre no estuvo precedida por buenos augurios. Durante la jornada se cruzaron distintas declaraciones de alto voltaje que contribuyeron a tensar todavía más la cuerda entre Atenas y las instituciones internacionales. Venizelos abrió el fuego pidiendo que no se utilice a su país como «chivo expiatorio» de la crisis. El titular del Tesoro, que asumió el cargo hace escasos meses precisamente por su fuerte ascendente político en el seno del Pasok, apeló al orgullo nacional para sacar adelante las reformas y evitar «el chantaje y la humillación» de los mercados.

El jefe de la delegación del FMI en territorio heleno, Bob Traa, tampoco optó por la moderación en su discurso. «El electrocardiograma del país se parece al de un hombre muerto», sentenció.