POR PARTES

No es del todo original mi observación de hoy. Me viene de rebote de un comentario que leí a un compañero. Cojo el testigo, a lo Usain Bolt, y me voy a por el récord. Algunos observadores han advertido que, este año, no han llegado, como acostumbraban por estas fechas, las colecciones por fascículos a sus nidos de los kioscos y librerías. Tampoco aparecen en la televisión los anuncios que los publicitan. La primera conclusión que se extrae de esta, para mi gusto, bendita ausencia es evidente a la par que recurrente: la pertinaz crisis que no ayuda en nada relacionado con el gasto. Eso está claro. En época de bonanza nos atrevemos hasta con una colección de «pipas austriacas del siglo XIX», con las tapas y un cenicero de regalo en el primer fascículo. Pero, como buenos intelectuales que somos usted y yo, aunque sea de tertulia de bar, no nos podemos conformar con echarle la culpa a la crisis, hay que ahondar un poco más para ver los recodos que se esconden entre la causa y la consecuencia. Vamos por partes. ¿Por qué no triunfa la venta por fascículos? Pues porque es una hipoteca que necesita del futuro para poder asumirla. El que se encomienda a una colección, está comprando pequeñas dosis de futuro y esperanza. El problema que tenemos es que, hoy en día, el futuro es un monstruo que da miedo; preferimos vivir el presente y bailar todo lo que podamos, porque sabemos que, en contra del refrán, nos lo van a quitar. Cualquier plan que pase del siguiente fin de semana se nos antoja demasiado lejano. Además, estamos ansiosos, lo queremos todo para ayer y eso no combina bien con comprar una pieza de uno de los cañones de un navío de la Armada Invencible, aunque prologue Reverte la colección. Y por último, y es mi reflexión más personal -por lo tanto la más discutible-, estamos cansados de ver el mundo a pedazos y desmontado por los informativos. Eso sí que es una maqueta que habría que montar entre todos, como para llegar a casa y ver un tren a medio hacer en la mesa del salón. Pasen buen día. El miércoles la segunda entrega.