COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

VALENTINA

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nadie sabe como ella que no hace falta estar a tres metros sobre el suelo para desafiar a la fuerza de la gravedad y que con los pies bien sujetos al suelo se puede volar muy alto. Nadie como ella sabe lo que ven las bailarinas detrás del espejo y conoce el secreto de cómo con una simple pirouette se puede hacer girar al mundo. Sabe que a base de plié y relevé la vida se abre camino, y sabe que la vida no es más que un arabesque en los que a veces se está arriba y otras muchas muy abajo. Valentina sabe, sin haber llegado todavía, que el ballet no es solo una técnica, ni siquiera un arte, Valentina sabe que el ballet es la manera más simple de contar una historia, y la más difícil de todas. Es algo así como interpretar los sueños. De todo eso sabe Valentina porque vive justamente donde se fabrican los sueños, donde su madre imaginó que en una sombrerería cabrían las fantasías de más de cien niñas que juegan a ser bailarinas y que de un sombrero -como los magos- se podrían sacar tantos colores.

Nadie sabe como ella las horas de trabajo que hay detrás de cada movimiento, de cada paso, de cada giro, nadie sabe como ella de la frustración, del esfuerzo, de la superación, de esas cosas que no se ven porque en el escenario a las bailarinas las mueve el éter. Etéreas las llaman, como al tejido con el que se fabrican las ilusiones. Valentina lo sabe, sin haberse calzado todavía unas zapatillas de ballet, porque fue la primera en entrar en la Chapellerie y descubrir la magia que flota entre las nubes. Los demás, que no estamos a esa altura, tendremos que esperar a esta noche. En el Falla, no se lo pierdan.