Ai Weiwei en una imagen de archivo durante una entrevista en su estudio de Beijing. :: REUTERS
Sociedad

Weiwei tiene visita

El Gobierno chino permite el primer encuentro del artista disidente, arrestado hace seis semanas y en paradero desconocido, con su familia

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«Ai Weiwei está bien de salud. No ha perdido mucho peso y no ha sido maltratado. Además, está tomando las medicinas que necesita». Con estas palabras, la exmujer del disidente chino, Lu Qing, pone punto y final a las especulaciones y dudas acerca del trato que le están dispensando las autoridades chinas tras comprobarlo en primera persona el pasado domingo. Palabras que alivian tanto a su familia como a la comunidad internacional, que no duda en protestar enérgicamente por la falta de noticias del artista. Y es que, desde que fuera detenido hace seis semanas, ésta es la primera vez que el Gobierno le ha permitido recibir visita. Su primer contacto con el mundo exterior desde que empezó su cautiverio.

Fue un encuentro muy breve. Lu Qing no recuerda exactamente cuánto tiempo pasó con su exmarido, con quien mantiene una excelente relación. Estaba «muy emocionada», explicó ayer la hermanastra del detenido. «Tampoco sabe dónde se reunieron, porque la Policía la citó en comisaría y de allí la llevaron en coche a un lugar indeterminado». Como en una película de espías. Sólo sabe que no se reunieron en un centro penitenciario, y que estuvieron rodeados por oficiales de Policía en todo momento.

Encontró al artista con buen aspecto. Ni una sola evidencia de las torturas a las que, según un periodista de la ciudad de Xinhua, estaba siendo sometido. Todo lo contrario: le permiten tomar la medicación que necesita para controlar la diabetes y los problemas de hipertensión que padece, y practica ejercicio a diario. Incluso mantiene su característica barba.

La visita de su exmujer ha tranquilizado no sólo a la familia de Weiwei, sino también al propio preso, que se mostró muy preocupado por cómo estaba afectando a la salud de su madre el asunto de su detención. Lu Qing le dijo lo único que podía en su situación: que toda su familia se encontraba bien, incluido el hijo de dos años que tiene con su actual pareja sentimental, Wang Feng. «Le ha tenido que decir que estoy bien, y no que lloro en casa todos los días», confesó ayer la madre del artista, de 78 años.

Ai Weiwei fue detenido el pasado 3 de abril, acusado de cometer varios delitos económicos que, hasta la fecha, no han sido especificados. Su familia tiene una teoría bien diferente. Considera que el verdadero motivo de su arresto es la implicación política del artista, que, junto a otros activistas, han instado a la población a participar en la llamada 'Revolución del Jazmín', siguiendo el ejemplo de los países árabes.

Tras esta primera visita, la familia sólo desea que comience cuanto antes el proceso jurídico. La detención de Weiwei ha superado el plazo legal en China sin que medie una orden formal de arresto o una acusación. Pero poco tienen al alcance de su mano los allegados del artista. Ni siquiera pueden contratar a un abogado para emprender medidas legales. Todo apunta a que el disidente está retenido en un domicilio particular, y, según la ley china, no hay obligación de emitir una orden formal como tal para mantenerlo detenido.