Muamar Gadafi, en Bengasi a comienzos de 2010. :: EFE
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La justicia internacional ya persigue a Gadafi

EL CPI decide el arresto del dictador libio, uno de sus hijos y su cuñado y jefe del espionaje por ordenar ataques a la población civil

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Muamar Gadafi es, desde ayer, un hombre buscado por la justicia internacional por crímenes de lesa humanidad. El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, solicitó ayer el arresto del líder libio, de su hijo Seif al-Islam y de su cuñado, Abdulá el-Senusi, jefe de la Inteligencia militar del régimen. Gadafi se convierte así en el segundo jefe de Estado en ejercicio en ser requerido por el CPI, después de la orden dictada contra el presidente sudanés Omar Bashir en 2009.

«Tenemos pruebas firmes, tan firmes, que estamos casi listos para ir a juicio», dijo ayer Luis Moreno Ocampo. El CPI, sin embargo, debe aún aprobar las órdenes de arresto. La Fiscalía ha presentado un dosier de 74 páginas en las que se detallan los crímenes de Gadafi y sus familiares, que han sido recopilados después de mantener entrevistas con altos cargos del régimen, con testigos y tras examinar más de 1.200 documentos, vídeos y fotografías.

Según el dosier, el coronel habría ordenado personalmente los ataques a la población civil en un conflicto que se habría cobrado ya más de 12.000 víctimas mortales, asegura la oposición. Seif al-Islam, al que durante mucho tiempo se consideró posible sucesor del 'guía de la revolución' libia, ha ejercido el papel de «primer ministro de facto», y Al-Senusi el de «mano derecha» y ejecutor de los crímenes.

Las fuerzas de Gadafi «atacaron a gente en sus casas y en la calle, dispararon a manifestantes con fuego real, usaron armamento pesado contra participantes en funerales y situaron a francotiradores para matar a los supervivientes», afirmó ayer Moreno Ocampo.

Creciente aislamiento

Si el CPI aprueba la orden de arresto, Gadafi y sus familiares deberían ser detenidos en cualquier país perteneciente a las Naciones Unidas, aunque la eficacia de estas órdenes puede considerarse más que cuestionable. El presidente sudanés ha viajado desde 2009 a varios países aliados sin que se ejecute su arresto. Sin embargo, la orden «es un mensaje que indica a otros responsables de graves crímenes que rendirán cuentas por sus acciones», señaló ayer Richard Dicker, director del programa de Justicia Internacional de Human Rights Watch. Y, según la OTAN, «constituye una prueba más de que el aislamiento internacional del régimen de Gadafi aumenta cada día.

En todo caso, la Alianza dejó claro que la persecución judicial de los Gadafi no cambiará la operación militar que dirige en Libia para proteger a los civiles. Las fuerzas de la coalición continuaron ayer sus ataques a varias ciudades, entre ellas la capital, Trípoli, según informó la televisión del país.