Wilfredo Soto García. :: R. C.
MUNDO

La Habana niega que la Policía golpeara al opositor fallecido

El régimen asegura que Juan Wilfredo Soto murió por causas naturales y denuncia una campaña difamatoria

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Una nota oficial emitida por el Gobierno cubano atribuye a causas naturales la muerte del disidente Juan Wilfredo Soto que la oposición achacó a una paliza de la Policía. El régimen también denunció «una nueva campaña difamatoria» de «contrarrevolucionarios» que «sin escrúpulos fabricaron la mentira», que fue «rápidamente amplificada por los medios de desinformación imperialista».

El texto explica que Soto fue ingresado en un hospital de Santa Clara el viernes «con un dolor abdominal intenso, provocado por una pancreatitis aguda» y después presentó «una descompensación de otras enfermedades». Falleció dos días después. La autopsia estableció «muerte de tipo natural» por un «'shock' multifactorial por fallo multiorgánico», sigue la nota. Y agrega que «no se observaron signos de violencia internos o externos».

La reacción oficial -relativamente rápida comparada con la de otras ocasiones- contradice a los disidentes. Según La Habana, Soto, de 46 años, tenía antecedentes por «alteración del orden, hurtos y lesiones graves», por lo que cumplió dos años de prisión. Para el régimen, el malogrado opositor se vinculó recientemente «a elementos contrarrevolucionarios» -el Gobierno no reconoce opositores sino «mercenarios» pagados por EE UU- «que lo usaron para sus actividades provocadoras». El Ejecutivo de Raúl Castro añade que fue detenido por alterar el orden y «liberado tres horas después sin incidencia alguna».

«Desvirtuar la realidad»

Blogueros y medios oficiales preguntan por qué no se denunció la detención y la protesta se produce tras su muerte. La nota acusa que «enemigos externos e internos intentan desvirtuar la realidad cubana» justo cuando la sociedad trata de plasmar los acuerdos del reciente VI Congreso del PCC.

En ese encuentro, Raúl Castro, que el año pasado aceptó la excarcelación de más de un centenar de presos políticos, fue tajante: «Hemos soportado pacientemente las implacables campañas de desprestigio en materia de derechos humanos concertadas desde Estados Unidos y varios países de la Unión Europea, que nos exigen nada menos que la rendición incondicional y desmontar de inmediato nuestro régimen socialista, además de que alientan, orientan y ayudan a los mercenarios internos a no acatar la ley».