PAN Y CIRCO

LOS PORQUÉS DE MOURINHO

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Se preguntaba Mourinho el pasado miércoles ¿por qué? ¿Por qué al Barcelona siempre le favorecen los arbitrajes, desde su punto de vista? ¿Por qué no dejan a sus rivales emplearse a fondo y nadie habla del supuesto teatro de los jugadores azulgranas? ¿Por qué a Guardiola se le permite todo y a él todo se le cuestiona? ¿Por qué no se ponen en tela de juicio algunos de sus éxitos y no se valora en su justa medida todo lo que su enorme ego y él han conseguido desde que hace ya unos añitos cogió el petate y se independizó de Sir Bobby Robson, ese entrenador al que los mismos que en su día se reían de él ahora lo veneran?

A esos porqués de Mourinho podemos encontrarles explicación en la necesidad de reconocimiento que el portugués siempre ha querido y nunca ha tenido desde el 'país' de Guardiola. Por muchas Champions que tenga en su currículum y por mucho sello personal y competitividad que sepa imprimir a sus equipos al bueno de 'Mou' siempre se le ha visto como el becario insolente, arrogante y con aires de grandeza que ha tenido mucha suerte en su carrera y ha sabido explotar al máximo el personaje en el que se esconde cada vez que actúa ante los medios de comunicación. Y eso es algo que nunca perdonará, de ahí su ataque directo a todo lo que representa el Barcelona, con la eliminatoria de Liga de Campeones como excusa.

Ahora bien, realmente esos porqués les importa muy poco a los que dos horas antes de que Mourinho se sentara en la sala de prensa del Bernabéu habían gastado o bien sus ilusiones o bien dinero (más de dos mil euros en unos cuantos casos, y en tiempos de crisis) para comprobar cómo en uno de sus ataques de entrenador había decidido que iban a presenciar un espectáculo, pero lamentable. Porque una cosa es defender y otra bien distinta ir contra natura de la historia y el gusto (bueno o malo) del madridismo. Y es que, como bien dice Fito, puede que la respuesta a todo sea no preguntarse el porqué.