REPORTAJE

La estrella gaditana del ballet se va a Londres

La puertorrealeña de solo 16 años no se lo cree, es una de los tres españoles seleccionados por la 'National School' Lidia Andrades obtiene una beca para estudiar en una de las escuelas de más prestigio del Reino Unido

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Excepcional». Este talento se fuga, pero para dar más de una alegría al arte gaditano. La joven bailarina Lidia Andrades (Puerto Real, 16 años) lleva varios años avisando de que su carrera en el mundo de la danza clásica va a ser tan larga como exitosa. Tiene un sueño esta niña-ángel-cisne que ha sabido conjugar vocación con afición con una madurez que sorprende: formar parte de las filas de una gran compañía. El último de sus logros y el inicio de la consecución de ese deseo ha sido el ingreso en el English National Ballet School, una de las escuelas más elitistas de Reino Unido y de las más prestigiosas del mundo.

En septiembre, la joven gaditana marchará a Londres para cursar el primer año de los tres que forman este master de preparación de noveles talentos. El pasado marzo, Andrades realizó las pruebas de selección, una exhaustiva audición en la que dejó con la boca abierta a los miembros del jurado.

Tras pasar con holgura un examen físico en el que se valoraba su elasticidad, el peso, la capacidad del empeine y el giro de la cadera, entre otras cualidades, así como una prueba coreográfica básica, Lidia se alzó con un puesto en el English National Ballet. 500 jóvenes de todo el mundo aspiraban a algunas de las plazas, que también han conseguido otros dos españoles. Además, la representante gaditana será beneficiaria de una beca para costear el curso, unos 25.000 euros anuales que ni siquiera fueron solicitados por la familia, sino que la escuela británica ha tenido a bien conceder para garantizar la formación de esta joya de la cantera.

Sacrificio y constancia

No es la primera vez que Lidia tiene que dejar Puerto Real para ampliar su futuro. Promesa desde preescolar, el año pasado Andrades se fue a Madrid para estudiar en Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, donde actualmente cursa tercero de grado medio. El esfuerzo de la familia para sufragar el traslado y pasar la ausencia es correspondido con creces por la niña. «Es muy sacrificado, tienes que estar muy mentalizada porque te pierdes muchas cosas. Nunca he podido a ir a una excursión de más de un día para no perderme ninguna sesión», apunta la bailarina.

Ana Mergenthaler, la profesora que la descubrió en la Asociación de Amigos del Ballet Clásico de Puerto Real, es el tercer pilar de esta historia de final feliz. «Se lo debo todo a ella, por ella estoy donde estoy», confiesa la joven bailarina. «He tenido muy buenas alumnas, pero con ella es diferente desde el principio, tiene algo especial», replica la docente. Pero, ¿qué es lo que tiene Lidia para que haya deslumbrado a una de las instituciones más prestigiosas de Europa? «Se nace y se hace. Es su cuerpo, las proporciones, la largura del cuello, la flexibilidad; pero también tiene mucho que ver la constancia, no ha faltado ni a una de las clases», responde Mergenthaler orgullosa.

Esta Semana Santa maestra y pupila han vuelto a encontrarse. Para que la joven no pierda la forma física debido al parón de las fiestas, ha regresado a la escuela de Puerto Real, donde recibe clases de mantenimiento.

Durante estas vacaciones, además de disfrutar de su segunda pasión favorita, sus amigos y su familia, Lidia Andrades desconectará de su rutina madrileña. «De lunes a viernes estoy en el conservatorio desde las 9 hasta las 2 o las 3. Después, por la tarde, voy al instituto, donde curso 4º de la ESO», cuenta. Aunque hace unos años confesaba a LA VOZ que le gustaba la asignatura de Lengua, ahora, con su sueño cada vez más cerca, ni siquiera tiene pensado un plan B. «La verdad es que no he pensado qué sería si no pudiese ser bailarina. No me lo imagino de otra manera», reconoce.

A no ser que el destino dé una pirueta inesperada, las aspiraciones de la gaditana serán cumplidas. Constancia no le falta a este cisne blanco que admira a Tamara Rojo y que imagina con fervor el día que se monte en el escenario con una gran compañía para dar vida entre saltos, flexiones y giros a algún personaje de 'El Quijote'. La siguiente prueba en el camino es también una inmejorable oportunidad. Londres aguarda la llegada de la estrella gaditana del ballet clásico.