«Las puntas duelen, los pies se quedan horribles»

La English National Ballet School fue fundada en 1988 y cuenta con su propia compañía. Aunque la puertorrealeña va el próximo otoño a estudiar, su sueño es ingresar algún día en las filas de la formación. En esta compañía o en cualquier otra europea que le permita viajar y dedicarse profesionalmente a su pasión. Un anhelo que no le sobrevino cuando inició sus clases en la Asociación de Amigos del Ballet Clásico de Puerto Real, a los 5 años, sino ya de adolescente. «Tendría 12 años, entonces empecé a darme cuenta de lo que era y me encantó. Este mundo es muy sacrificado, pero es lo que más me gusta», comenta la joven bailarina. En sus escasos ratos libres a Lidia le encanta salir con sus amigos, «los de siempre, los de Puerto Real», y dar una vuelta para despejarse. Y si tuviera que ponerle alguna que otra pega al esfuerzo que lleva años realizando para rubricar sus proyectos, la artista lo tiene claro. «Las puntas duelen mucho, sobre todo al principio. Además, se te quedan unos pies horribles», lamenta.